LA MUERTE DE UN CACIQUE

Lo anecdótico de este pasaje de la vida política estatal fue la presencia del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares en el velatorio en que montó guardia ante el féretro que contenía los restos del cacique magisterial Juan Nicolás Callejas Arroyo, “la rémora” como el mismo mandatario le diría. Ya muerto, Yunes se desbarató en elogios hacia la persona del profesor, de quien dijo “fue mi amigo”… Así son los políticos, como dicen una cosa dicen otra, lo importante para ellos es tener de su lado a quienes representan grupos importantes de ciudadanos, en este caso, los maestros, como es el caso del diputado local priista Juan Nicolás Callejas Roldán, heredero del poder político que amasó su padre a lo largo de cuando menos 50 años al servicio del PRI.

Pero la muerte del líder sindical Juan Nicolás Callejas Arroyo trae aparejado el recuerdo del maestro Alfonso Arroyo Flores (familiar de Juan), quien en 1978 derrocó a Joel Vargas Cruz, en ese tiempo líder de la poderosa sección 32 del SNTE. La bandera que enarboló Arroyo para dar el pinochetazo fue que “el sindicato está plagado de malos manejos, imposición y corrupción; maestro que no coincide con el dirigente es golpeado y amenazado, en este periodo del SNTE hay desapariciones de maestros, incluso muertos, porque todo el que se opone al dirigente es amenazado”, y es ahí cuando llega Alfonso Arroyo como un gran opositor y con el apoyo de muchos maestros logra desbancar a Vargas Cruz.

Y algo curioso, a Alfonso no se le recuerda por su liderazgo natural o por su férrea oposición al cacicazgo que representaba Joel, sino por la forma como murió. Fue en un motel de Banderilla donde perdió la vida cuando practicaba sexo con una joven maestra, aspirante a una plaza de tiempo completo, quien se sacrificaba con el profe para lograr su objetivo laboral, como lo han hecho otras profesoras que han usado sus encantos para concentrar hasta tres tiempos completos con comisión sindical y así se han jubilado, sin haber estado frente a grupo un minuto, sin haber prestado sus servicios en el área administrativa del sector educativo y sin participar en broncas sindicales, por el hecho de ser bellas y compartidas, la vida les ha regalado la gracia de cobrar sin chambear, previo “sacrificio”.

Total que la golosa y fatal maestra fue la última persona que le enderezó el ánimo a Alfonso Arroyo cuyo corazón no aguantó tales emociones, a pesar de la gran experiencia que tenía en esos menesteres, sucumbió en el cumplimiento de su deber. No faltaron voces que afirmaron que la maestra lo había envenenado porque Foncho tenía las uñas amoratadas, versión que no se pudo confirmar ni desechar toda vez que al asunto se le dio carpetazo y ni para argumentar que todo se debió a que se pasó de viagra porque además todavía no existía. Total que este escándalo se asocia a la llegada al poder de Juan Nicolás Callejas Arroyo porque él fue el sucesor.

Cabe recordar que el profesor Alfonso Arroyo era incapaz de pronunciar un discurso, no estaba dotado ni preparado para eso. Sus discursos leídos también eran pésimos, fue siempre un político pragmático pero tenía una cualidad esencial, destacaba su humildad y sencillez, es así como muchos maestros llegaron a quererlo. 

Total, fue un cacique inculto pero generoso.

Y cuando se habla de un cacique magisterial, como Juan Nicolás Callejas Arroyo, pocos imaginan el poder que concentran. El portal de cumplimiento de la SEP refleja fielmente la situación de enorme privilegio de un cacique de estos: En ese portal se puede ver que un Comisionado de la Sección 32 puede ganar de 25 mil hasta 180 mil pesos quincenales más su salario de maestro y algunos tienen hasta doce plazas aún cuando un maestro con una plaza gana entre 4 mil 100 y 5 mil pesos a la quincena.  

De ahí la importancia de mantener el control sindical heredando el cargo al hijo, al diputado local priista Juan Nicolás Callejas Roldán, quien a la muerte de su padre se queda con la plazota de cacique, el control de la mini bancada priista en el Congreso Local y el liderazgo del llamado “Equipo Político”, uno de los brazos electoreros del PRI.

¿Quién fue Juan Nicolás Callejas Arroyo?

Un ligero repaso sobre la vida de este dirigente, quien en alguna ocasión puso en jaque a la propia maestra Elba Esther Gordillo Morales a quien le peleó el poder del SNTE a nivel nacional, nos ilustrará para ver de quién estamos hablando.

Cincuenta años al servicio del SNTE y del PRI, considerado como un cacique magisterial y un aliado de las peores causas de gobiernos como el de Fidel Herrera Beltrán y, sobre todo, el de Javier Duarte de Ochoa, para el que controló el Congreso Local y le aprobó todas las iniciativas que le sirvieron para saquear Veracruz, la noche del pasado jueves dejó de existir el llamado “líder moral” de la Sección 32 del SNTE y cabecilla del “Equipo Político” que él mismo bautizó. Juan Nicolás Callejas Arroyo dejó como legado una historia de abusos al amparo del poder y la instauración de la peor etapa de corrupción en el sector educativo en toda la historia de Veracruz. 

En 1978, Juan Nicolás fue frustrado candidato a la Secretaría General de la Sección 32 del SNTE y para 1980 se convirtió, por vez primera, en diputado local. Tras la muerte de Alfonso Arroyo, Juan fue nombrado Secretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del SNTE y en 1986 alcanzó la Secretaría de Trabajo y Conflictos de Secundaria del CEN del SNTE. En ese año, también fue diputado federal. Entre 1989 y 2000, ocupó consecutivamente seis secretarías en el CEN del SNTE: desde Pensiones y Jubilaciones hasta Cultura y Recreación. En el año 2000, el maestro Callejas  volvió a ser diputado federal, luego fue diputado local en 2004 y presidente de la Mesa Directiva. Fue hasta 2011 cuando dejó su cargo del SNTE veracruzano para transfigurarse en “Líder Moral” del magisterio estatal. Su último encargo fue como Presidente de la Junta de Coordinación Política en la pasada legislatura… 

Descanse en paz quien dejó viva una denuncia penal en la PGR en contra del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.