“Las personas no son ridículas sino cuando quieren parecer o ser lo que no son”.
Cuenta la historia que en los años de 1655, el rey Luis XIV de Francia, quizás por su juventud en sus 16 años, desafiando a todo y demostrando el absolutismo se atrevió a mencionar “El Estado soy yo”, pasando por encima de reglamentos, leyes y de la propia iglesia, marcando con ella el distanciamiento por el tema de la teoría del derecho divino del poder real, o del absolutismo teológico nacido en Francia en el último cuarto del siglo XVI, en el ambiente de las guerras de la religión…
No se…pero en estos días en donde las leyes se las pasan por los huevos, sentí la necesidad de escribir sobre este tema del centralismo, absolutismo y las lecturas del “Rey Sol” seguidor de Jacobo I quien en su libro “Verdadera ley de monarquías libres” en 1598 consideraba al rey como lugarteniente de Dios…recordando a mi maestro Avelino Muñiz que en esas tardes calurosas en la Facultad de Periodismo, en su clase de Derecho Internacional, - por cierto, este valioso catedrático posterior a 1970 fue alcalde de Boca del Río – nos explicaba acerca de la esencia del absolutismo en donde una persona, el soberano ejerce el poder con carácter absoluto, sin límites jurídicos - porque los viola - ni de ninguna otra naturaleza…
Coincidencia o no, es necesario saber que el monarca absolutista controla todos los poderes y le vale madre las leyes que salgan del legislativo o aplicables en el judicial; el poder radica en una persona y ya. Así tenga su red de funcionarios y de colaboradores, se le debe obedecer sólo a él y sin rendir cuentas al pueblo. Los proyectos y ambiciones del hábil Cardenal Mazarino, Luis XIV arropados por él, a la muerte de su aliado en el poder.
Un Rey Sol entregado a los placeres que le brindaba la corte, amante de lo suntuoso y la ceremonia palaciega, pésimo alumno del filósofo La Muthe Le Vayer y del mero chingón de la iglesia, el obispo Hardouin de Pérefoce, aunque no con educación intelectual, si mediocre y superficial...no se diga, magnifico bailarín, de gran porte, amaba los placeres, la caza, los banquetes y las damas, mucha energía y salud robusta, de asombroso apetito pero la falta de higiene de dicha época - no existía la Colgate - lo hacían despedir mal aliento, es decir, “le apestaba el chipo a drenaje” y una dentadura estropeada...pero su poder fue total hasta su muerte...
En duda está la famosa frase del “Estado soy yo”, que se identifica al rey con el Estado en el contexto de la monarquía absoluta, porque no consta en las actas de las reuniones del Parlamento, pudiendo ser apócrifa, como sucede con tantas frases célebres…pero famosa en aquel siglo XVI en el ambiente de las guerras contra el clero, aunque en Europa la divinización del monarca nunca llegó tan lejos como en Asia en donde el rey se identificaba con el mismo Dios, sabiendo que se imponía el rey sobre las iglesias a través del regalismo…
Don Luis XIV que aumentó las finanzas en su mandato con leyes y dictámenes, agonizante y dado a la chingada, alcanzó a decir amenazante ante su parentela y ante su pueblo, en 1715: “Me marcho, pero el Estado siempre permanecerá”…
Su sucesor, Luis XV fue más cabrón que bonito y para no quedarse atrás del Rey Sol, se aventó la puntada de esta frase “Después de mí, el diluvio”, aunque algunos de sus enemigos políticos se la atribuyen a su amante con erótico nombre de Madame Pompadour - ¿Pompa…? – dar.
Enseñanza de Luis XIV, “El Rey Sol”, “El Estado soy yo” a quien solamente faltó se trepara a una moto con apretado casco por eso de la melena...y se lanzara al ruedo dentro de un absolutismo que lo llevaría al marcado populismo echeverrista, pero en aquel año de su agonía no había motos ni coso taurino…
Leemos que el gobernador de Veracruz, Miguel Angel Yunes Linares, inauguró la inigualable y famosa Feria de Xico, codeándose con el pueblo y con autoridades en funciones y entre las electas, Alicia Valdivia, de Cosautlán; Enrique Fernández, de Coatepec y Mario Antonio Chama, de Teocelo…
Remate:
En Ayahualulco, habrá la fiesta
De Santiago Apostol, se difunde,
Desde el domingo, se presta
la alegría, religión, su costumbre |
