En pleno siglo XXI y a pesar de que lo recién sucedió en San Lázaro fue visto y seguido paso a paso en redes sociales y todos los medios habidos y por haber, los priistas pretendieron vender la idea de que nadie ganó, de que no hubo parálisis legislativa.
Pero claro que hubo ganador y ese fue Ricardo Anaya, el jovencito en la política que demostró tener agallas y con el contraataque exhibió el tamal futurista de Los Pinos.
Si bien es cierto que Anaya no lo hizo solo, no por ello fue menos valioso, ya que a pesar de las acusaciones de corrupción familiar, la
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