La idea, se sabe, es pensarle qué van a hacer con ellos, si aplicarles la aburridora esperando que renuncien o de plano darles las gracias aunque varios de ellos sean sindicalizados o con base.
Lo que sí es un hecho es que Elías Assad no debe tener ni tantitas ganas de tener cerca a empleados que tengan pasado Ginista, sobre todo en estos meses cruciales en que se desahogan pruebas contra la Madame.
Y no es que esos trabajadores tengan acceso a información confidencial, pero pues uno nunca sabe, ¿Verdad? |