En los cafés políticos de la CDMX se llevan registros puntuales del cierre sexenal de Enrique Peña Nieto y su gabinete. El recorte paulatino de personal en las dependencias federales, la escasa inversión en el programa de obras 2018 y en general la limpieza de la casa.
Se dice que, sin existir informe oficial, en los últimos días se han visto salir de Palacio Nacional y de Los Pinos camiones cargados de objetos no identificados.
Hay quienes afirman que ello no tiene que ver con el ‘año de Hidalgo’, sino del recaudo de obras de arte ‘confiscadas’ por la PGR a la maestra Elba Esther Gordillo Morales hace 5 años; objetos que jamás fueron inventariados ni dado a conocer su destino oficial.
|
Pero también se comenta que pudiera tratarse de expedientes comprometedores de la contratación de deuda pública; del aeropuerto de la Ciudad de México; de los contratos de edificios como el de Bancomer que recién ocupó parte de la SEP en el Programa de Infraestructura para rehabilitar escuelas, en el que se mezclaron fondos nacionales con las aportaciones económicas extranjeras; antecedentes de franquicias; concesiones petroleras, mineras, salineras; concesiones de playas, ríos y lagunas a la industria hotelera e industrias contaminantes, así como de bosques a madereros y otros temas calientes que dejará el gobierno de Peña Nieto en diciembre.
México ya no es México ni de los mexicanos y mucho menos de los 60 millones de pobres. Todo quedó concesionado y entregado al sector privado nacional e internacional -ríos, mares, petróleo, gas, gasolinas, energías renovables, etc.
|