Justo cuando el titular de Hacienda, José Antonio González Anaya, habló de la transición gubernamental y afirmó que el gobierno actual de Enrique Peña Nieto dejará “un mosaico de parabienes en las finanzas y la economía”, a las pocas horas el INEGI le cayó la boca.
‘Gracias a las reformas estructurales la economía no será problema para el nuevo gobierno, está firme y sólida’, dijo ante legisladores electos del PRI.
Sin embargo, las cifras frías del segundo trimestre del año dadas a conocer por el INEGI dicen otra cosa.
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