El nuevo Acuerdo (USMCA), un espejismo para los pobres de este país

Los presidentes Enrique Peña Nieto y Donald Trump festejan la inclusión de Canadá a un segundo Acuerdo comercial entre los tres países llamado ahora USMCA (Acuerdo Estados Unidos, México, Canadá, por sus siglas en inglés).

Peña festeja el “ganar-ganar” para todos; y Trump el “ganar” para los Estados Unidos; pero lo que pocos quieren ver es que los Congresos de ambos países se abstendrán de votar la aprobación del Acuerdo antes de la firma del USMCA por parte de los Presidentes. Es decir, otros asumirán el costo político de una mayor asimetría comercial con USA en el futuro. 

Asimetría a favor de USA y Canadá, que como países ricos, podrán seguir subsidiando su producción con mecanismos artificiales, porque el Acuerdo solo impide subsidiar la exportación… sutilezas de los poderosos. En cambio, el México que quiso el cambio, no podrá hacerlo al parejo que sus homólogos porque tiene las arcas públicas al límite de la disponibilidad. 

Un Acuerdo forzado mediante la imposición ilegal de aranceles, en el que las reglas de origen y los subsidios son en favor de USA y no de sus socios. 

Hoy -como muchos acostumbran- políticos y empleados de gobierno asumen el nacimiento del USMCA pero no sus consecuencias.

¿Gana México sin que suban los salarios o sin que mejoren los campesinos? ¿Gana AMLO y los que voltearon el poder en el país, si no podrá haber subsidios al campo y que mejoren los pobres? 

Aquí no, aquí se dice, el nuevo Acuerdo es un triunfo político de Donald Trump y su mano dura contra el mundo.