La firme posición de Andrés Manuel López Obrador que ha puesto en la mesa de la polémica internacional en defensa de la soberanía nacional en materia de electricidad y otras energías, se ha convertido en un bombón político para la oposición en su búsqueda de regresar al poder.
Lo cierto es que hoy en día en México hay voluntad política en contra de la corrupción, sea nacional o internacional. Pero también lo es que históricamente los poderes económico y político siempre se han impuesto hasta que de plano no hay otros caminos que lo que sucedió en Francia, en Rusia e inclusive en México y otros muchos países.
Al gobierno español AMLO se lo dijo bien claro: “México se quiere llevar bien con todos los pueblos y países del mundo, pero que no nos roben”, con relación a que hay firmas españolas como Repsol e Iberdrola, que invirtieron en el país en petróleo y electricidad que presuntamente consiguieron en el pasado con la complicidad de gobiernos de España y México.
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