Las cifras, señores, las cifras… pero no las que se confeccionan a gusto del cliente en México a través del INEGI, sino las oficiales de la USDA que dan a conocer en los Estados Unidos… es lo que debería preocupar.
Así, en 2021, según las cuentas de la Hacienda estadounidense, México fue un paraíso para los productores agroalimentarios norteamericanos.
Las exportaciones agroalimentarias hacia México alcanzaron los 39.5 miles de millones de dólares.
El problema para México es que cada año, desde 2019, ha incrementado su dependencia alimentaria de los Estados Unidos y de qué manera y productos:
Tan solo en el 2021, los productos alimenticios más importados de los Estados Unidos fueron Maíz, Soya, Productos lácteos, Carne de cerdo, Carne de aves, Trigo, Carne de bovino, Harina de soya, Alimentos preparados y fruta fresca.
Es decir, ahí es donde está el verdadero problema con los programas de apoyo al campo y no tan solo al campo ejidal, al de los pequeños productores, sino también y principalmente a los consumidores que hoy deben pagar precios altísimos por productos importados.
El tema ya no debe ser qué pasa con los que han saqueado a SEGALMEX, de eso que se encargue la Fiscalía General de la República (de todos, hasta de Nacho Ovalle), sino qué debe hacer el gobierno federal para que los programas de apoyo a pequeños productores que garanticen el acopio y distribución eficiente de alimentos básicos que propicien bienestar de las comunidades más vulnerables de nuestro país.
Se debe reconocer que la gran derrama económica que el gobierno federal realiza por todo el país se les hace polvo en las manos debido a la carestía e inflación que provoca la falta de producción en el campo. |