Con tremendo moretón en su imagen ante la sociedad estudiantil, que debía ser pulcra e imparcial, quedó el rector de la Universidad Veracruzana, Martín Aguilar Sánchez por el tenebroso y vergonzoso capítulo que protagonizó el profesor de la Facultad de Psicología, Raúl Carvallo, quien en clase pidió a las víctimas de violación superar ese hecho y enunciar toda una serie de comentarios misóginos, además de incitar a la violencia y al odio.
Y es que apenas la UV, a través de dicha Facultad la UV lanzó un ‘fuerte’ pronunciamiento que nadie creyó en el que se dijo que no se tolerarán ni permitirán ese tipo de conductas machistas o que inciten a la violencia, misoginia o acciones de odio.
Pero el rector Martín Aguilar no solo lo permitió, sino que lo tapó y se hizo cómplice del profesor.
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Y es que antes del pronunciamiento, el rector Martin Aguilar Sánchez buscó lavase las manos y tapar el sol con un dedo, al comunicar que dicho profesor ya era un ex trabajador, lo cual era cierto, pero también lo es que ante sus desacertados comentarios corrió a jubilarse para evitar que lo corrieran y la propia Universidad aceleró su proceso. Es decir, el rector colaboró para que Raúl Carvallo se burlara de la sociedad por sus actos misógenos, incitación a la violencia y odio.
Tal situación causó fuerte indignación entre la comunidad estudiantil y algunos colectivos, quienes consideran que el rector se prestó y protegió al profesor, quien debió ser confrontado y reprendido públicamente por las autoridades universitarias; pero por el contrario le brindaron la oportunidad de jubilarse.
Correcta o incorrecta, a tiempo o destiempo, afortunada o desafortunada, pero la Universidad Veracruzana tomó una decisión, y ahora debe cargar con ella. |