Es decir, cada quien habla y armará su discurso dependiendo de cómo le va en la fiesta.
Lo que sí resulta por demás urgente es que Ricardo Mejía presente las pruebas que pueda tener ante la Fiscalía General de la República, pues de lo contrario se convertirá en cómplice de todo lo que acusó a Delgado. Así lo dice la ley.
Aunque la pregunta lógica y política es ¿por qué Mario dice que Mejía le mordió la mano al Presidente? No se supone que cualquier empleado puede renunciar a su cargo en el momento que quiera y depende única y exclusivamente a sus intereses personales.
O qué, ¿AMLO lo colocó como subsecretario tan solo por su linda cara y a sabiendas de que no serviría para el cargo? Pues solo así se supone también que debía serle agradecido y quedarse callado y sin candidatura.
Qué cosas de la política transformada. |