Los síntomas más fáciles de reconocer son los cambios bruscos de ánimo, episodios maníacos con euforia o irritabilidad, ideas de grandiosidad e hiperactividad. Cuando el trastorno comienza por un episodio depresivo es frecuente que se trate de una depresión leve de semanas o meses de duración, con enlentecimiento psicomotor y/o hipersomnia (tendencia al sueño en situaciones anormales.) En varias ocasiones estos patrones se transforman en manías.
“Es importante para el paciente que la familia o amigos pasen tiempo a su alrededor, pues es común que se sientan aislados de otras personas, también se recomienda no tomar los comentarios o comportamiento del paciente como algo personal. El mantener espacios silenciosos o ayudar a evitar mucha actividad o estimulación tiene un efecto positivo en la persona bipolar”, dijo Ibáñez Ruelas.
La especialista recomendó visitar su Unidad de Medicina Familiar (UMF) en caso de identificar varios síntomas para un mejor diagnóstico y tratamiento; asimismo, invita al paciente con bipolaridad a buscar grupos de apoyo y mantener un enfoque positivo para una recuperación idónea contra el trastorno. |