Lo acusan de auyentar las inversiones privadas y en el ex DF, atrajo históricas inversiones privadas no solo del país sino del extranjero.
Muchos son los mexicanos que no duda de la honestidad de AMLO. Sin embargo, en este país en el que los políticos se han favorecido de una infraestructura endeble de transparencia, control de la gestión pública y de la justicia misma; y, donde las ideologías políticas no importan, ¿Irá a encontrar suficientes personas honestas para romper las inercias de la corrupción en el país, con la gente que se le acerca de todos tamaños y colores a su Morena? Esa es hoy, esa parece ser la más grande debilidad de AMLO, pues dime con quién andas, y te diré quién eres.
Abrazar, ensalzar, defender en público a personajes de los cuales no tiene el mínimo conocimiento de sus antecedentes políticos, de sus valores humanos, de sus intenciones… lo están quemando.
Casos como el de los Abarca, Bejarano, Eva Cadena, y tantos y tantos otros más, millones lo entienden y le compran la idea de ser una guerra sucia en su contra, y en eso tiene razón AMLO al afirmar que ha cruzado el pantano sin mancharse porque todo se le resbala, al saberse él libre de pecado.
Las reiteradas historias de varios de sus pésimos acompañantes no lo han derribado. El pueblo de México está tan harto de la corrupción de sus gobernantes, que piensa que su gobierno podrá ser corrupto, pero poquito.
Pero entonces, ¿Dónde está el Talón de Aquiles del tabasqueño-veracruzano?
Se ha dicho hasta la saciedad que el peor enemigo de López Obrador, es él mismo.
Y, la tarde de ayer jueves quedó de manifiesto, durante una entrevista que le hacía telefónicamente el periodista Pepe Cárdenas, Andrés Manuel se salió de control, y eso ya es otro asunto muy distinto a si su equipo es o no honesto; eso ya va directo contra su persona.
Eso es muy distinto a que no mienta; muy distinto a que sea una persona preparada en la política; muy distinto a que haya gobernado diáfanamente y alejado de escándalos de corrupción en la ciudad más grande del mundo; muy distinto a que sea un político fuera de lo común y sea sincero, cuando se refiere a las injusticias hacia los pobres y marginados, así como sus deseos de reivindicarlos.
Ello es mucho muy distinto porque lo exhibe, lo describe, y actualiza el por qué muchos consideran que es un problema para México, pues el cargo de Presidente de la República requiere mucho más altura que eso. Porque México es un país repleto de complejidades, de ideologías, de problemas ancestrales que resolver, pero al mismo tiempo tiene la difícil y urgente necesidad de crecer para dar empleos y oportunidades a millones de jóvenes que cada año ingresan a formar parte de la Población Económicamente Activa.
Para ser presidente, un buen presidente, se necesita más altura porque México es un país de divergentes intereses económicos, políticos y sociales que requieren ser conciliados, moderados e impulsados hacia estadios en los que todos ganen.
Y, eso, esa altura, de verdad no la demostró poseer la tarde de ayer Andrés Manuel.
Habrá voces que a ultranza defenderán al "Peje", habrá quienes se solidarizarán con Pepe. Nosotros mismos nos unimos a ello, y desde este humilde espacio le enviamos un caluroso abrazo a nuestro amigo “Pepe” Cárdenas.
Pero ese no es el centro del asunto. Lo es que, si AMLO responde hoy así, cuando no es más que un simple dirigente político…
¿Cómo será el Andrés Manuel López Obrador de Presidente?
En México no solo hay “pejistas” y “antipejistas”. No todo el que no está con él, pertenece a la “mafia del poder”.
México se encuentra en una delgada línea en la que puede cambiar, para estar peor.
O bien, AMLO puede entender que no todos los políticos que se le acercan tienen las mismas intenciones que él, que son honestos como él -aunque se afilien a Morena- y, esté dispuesto a establecer un programa nacionalista de desarrollo con un gobierno de Coalición en el que participen personas de probada honestidad y capacidad, aunque no se unten bronceador para afiliarse a Morena; el futuro del país será incierto.
Ojalá sí lo haga, pues de lo contrario, votar por él en el 2018 será un volado para los mexicanos. |