Cifras reales y conservadoras, sin embargo, hablan de 23 millones de sufragios para Morena en una cauda que en paralelo habrá de empujar a los nueve gobernadores morenos al triunfo.
Para Veracruz el “Efecto Peje” es sustantivo.
Dice Andrés Manuel que Cuitláhuac está 15 puntos arriba de Miguel Yunes Márquez. La realidad, sin embargo, es que hay un empate técnico entre el de Morena y el tercero en discordia, Pepe Yunes, quien ha gestado una revolución silenciosa para dar el campanazo el primero de julio.
De cualquier forma, ese empate técnico podría dispararse en favor de Cuitláhuac García ya que la insaculación ciudadana que se hace sobre su persona lo pone dos puntos arriba, pero el disparo hacia arriba se podría dar el día de la votación, insisto, por la ola pejista del voto no cruzado, es decir, el voto parejo.
En los intríngulis de las negociaciones por debajo de la mesa también hay señales que no pueden pasar de largo.
Llama la atención el espíritu conciliatorio de López Obrador en tres momentos: el 26 de febrero del año en curso cuando grita en un mitin que “No enjuiciaré al Presidente Peña Nieto, ya que mi fuerte no es la venganza”.
Posteriormente, el 23 de marzo, ratificaría su postura al garantizar que “no meteré a la cárcel a Enrique Peña Nieto, porque no me corresponde y no hay marco legal”.
Y la tercera señal se registra el pasado dos de junio cuando sostuvo que “una vez que gane, no habrá dualidad de poderes y respaldaré a Peña Nieto hasta el último día de su mandato”.
A todo habría que sumar el ingrediente de la revelación hecha por el coordinador de campaña presidencial del panperredista –Ah, y también del partidito político de Dante Delgado- Ricardo Anaya, el escritor Jorge Castañeda quien asegura que “se concretó un pacto de impunidad” entre el presidente Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.
Todo, dice, “a cambio de no ir a la cárcel”.
Reconoce además que Ricardo Anaya ya no está en la posición deseada y que la contienda es “cuesta arriba” puesto que la desventaja que tienen es superior a lo que esperaban en este momento del proceso electoral.
Frases lapidarias del coordinador de la campaña azul que en modo alguno admite que Ricardo Anaya se abre en sus aspiraciones para dar paso al arrollador Peje quien ayer abrió una tregua con los hombres de poder, sellando así diferencias que se observaban como insalvables como la que tenía con Claudio X. González, en tercero más rico de México y autor de la frase lapidaria de “AMLO es un peligro para México”.
Ayer mismo los empresarios de México sellaron en privado una alianza con el Peje.
El caso Veracruz.
Hace un par de semanas luego de concluir todos los amarres en favor de Miguel Angel Yunes Márquez, de comprometer dinero y a los traidores del priismo, de enseñarle el garrote a las ratas del Duartismo y de amenazar al aparato burocrático de votar en favor del hijo del gobernador, algo inesperado sucedió.
Las encuestas internas empezaron a tintinear un inusitado repunte de Pepe Yunes a quien nunca dieron importancia electoral alguna. Sus números empezaron a subir y pueblos y ciudades a definirse en esa idea de votar por el hombre más que por la marca.
Rendían frutos los 20 años de andar recorriendo día y noche la vasta geografía veracruzana, de bajar recursos que revivieron pueblos y ciudades.
Eso espantó al mundo oficial.
Más aún que Cuitláhuac García se colocara a dos puntos de Yunes Márquez dando lugar al tan comentado “empate técnico” que, insistimos, con el “Efecto Peje” lo disparará a una victoria indiscutible.
Así, al final del día no es uno, son dos los enemigos que tiene frente a sus narices el hijo del gobernador quien ayer recibió la puñalada final cuando a un metro del balcón desde donde gobierna, el líder de Morena le espetó luego de acusarlo de estar ligado al crimen organizado:
“Ningún gobernador en la historia de México ha dejado a su hijo como sucesor en el cargo”.
Con su muy característico estilo coloquial y también con su característica tartamudez agregó:
“Como decía el finado Juan Gabriel: ¿Qué necesidad? ¿Cómo se le ocurre a éste (Yunes Linares) meter a su hijo de candidato? Doble problema porque el que está en el poder quiere dejar a una tapadera afín a él y, además, ésta resulta que es su hijo. Miren en qué situación ponen al pueblo de Veracruz. Nunca en la historia de México un gobernador ha dejado a su hijo”, dijo el tabasqueño.
Lo que siguió fue el silencio oficial.
Hoy el escenario está pintado de Morena. A nivel república pareciera que la elección es mero trámite y a nivel Veracruz solo el voto sorpresivo de los indecisos podría inclinar la balanza, pero no en favor de Miguel Angel Yunes Márquez, quien será llevado a la pila del sacrificio por su papá antes de 25 días.
Tiempo a tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |