La fuerza del Cantábrico ha creado un paisaje agreste de vertiginosos acantilados, cuevas, cabos con vistas increíbles, playas de cantos rodados e islotes. Paredes y lomas se alfombran de verde y, de vez en cuando, surgen pueblos y villas marineras donde admirar la arquitectura tradicional y probar la gastronomía local. Para conocer esta zona lo mejor es realizar la Ruta de los Acantilados del Occidente Asturiano, que se extiende durante 35 kilómetros desde Cudillero a Luarca. Cudillero es uno de los pueblos marineros más bonitos de Asturias, con su espectacular anfiteatro natural del que cuelgan sus casas de colores hasta llegar al mar. Luego hay que encaminarse hacia el oeste hasta llegar al Cabo Vidio. Desde aquí se puede divisar Estaca de Bares o el Cabo de Peñas. Labrada en al acantilado se encuentra la cueva de la Iglesiona, que se puede visitar cuando la marea está baja. La ruta continúa hasta una playa que deja a todo el mundo boquiabierto: la Playa del Silencio, cubierta de cantos rodados y arropada por acantilados. Y en el mar, aquí y allá, se desperdigan islotes. Será difícil volver a la carretera después de este flechazo, pero hay que continuar. La siguiente parada es Cadavedo y la playa de la Ribeirona. Lo mejor es la loma donde se erige la ermita de la Virgen de Regla, pintada de azul y blanco, con la compañía de un hórreo y las vistas impresionantes desde la barandilla. El Cabo Busto ofrece una nueva visión de esta costa acantilada y, si se tiene tiempo, hay que realizar la senda que va del puerto al faro. Lo próximo que se ve es la playa de Cueva y enseguida se llega a Luarca. Antes de bajar a comer a este pueblo de pasado ballenero, hay que parar en La Atalaya. Allí, junto al faro y la ermita de la Virgen Blanca se encuentra el fotogénico cementerio de Luarca, donde está enterrado el premio Nobel luarqués Severo Ochoa. Disfruta de la Ruta de los Acantilados del Occidente Asturiano mientras te alojas en un hotel con encanto de la zona. En Cudillero se encuentra el Hotel Casona de la Paca, que habita una preciosa casa de indianos. A medio camino de la ruta, entre los cabos de Vidio y Busto, será un placer descansar en el Hotel Torre de Villademoros, que fue construido aprovechando una casona solariega del siglo XVIII junto a la torre que le da nombre. Cuando finalices la ruta en Luarca, puedes continuar por el occidente asturiano y llegar hasta Puerto de Vega, conocer esta localidad pesquera y alojarte en el coqueto Hotel Pleamar, con vistas al mar y unos desayunos caseros riquísimos. |