No obstante, hay muchos comentarios de que si bien los resultados de dicha encuesta no son concluyentes, sí debieran servirle a Héctor Yunes Landa, “el candidato solitario”, para meditar y recapacitar qué es lo que está haciendo mal, pues como la percepción surge de los hechos, algo debe estar haciendo mal y en algo debe estar fallando.
Una de las fallas que podría llevar al traste los anhelos y metas de Héctor Yunes Landa es que no escucha a sus amigos, políticos experimentados que le ha enviado Manlio Fabio Beltrones para que le ayuden a organizar la campaña. Manlio está molesto con él por ello. Héctor ha cambiado tanto que a últimas fechas se sabe no contesta llamadas ni atiende el WhatsApp.
Por otra parte, Héctor conoce a la perfección el Estado y su lacerante problemática, cosa que debería ser una fortaleza pero que se le ha convertido en una debilidad, pues sintetiza todo y no respeta los protocolos de una campaña a ultranza. Por ello, aseguran muchos, ha perdido seguidores importantes, acostumbrados al apapacho y a las deferencias del candidato.
Aunado a lo anterior, en el interior de su equipo de campaña, ha permeado la idea de que existe una especie de cerrazón, una asfixiante “rodeología” y un cerco de cuatro poderosos personajes que funcionan, algo así, como los propietarios del candidato.
Dicha cuarteta está formada por Fernando Vázquez Rigada, Gustavo Filobello, Xavier Moranchel y Erick Aguirre; personajes bien intencionados que, con el paso de las semanas, se han ido convirtiendo en los dueños de la sagrada estrategia, de la última decisión, y ejecutan incluso por encima de las decisiones de Jorge Moreno Salinas, Coordinador oficial de campaña, y de Amadeo Flores Espinosa, líder del CDE del PRI.
Curiosamente este tipo de “rodeología” se da casi siempre en todas las campañas, pero no siempre es lo mejor. Episodios como “El Berumenazo”, fue solo una muestra de que les falta en el equipo, el aporte de gente con experiencia en las grandes ligas. La encuesta maquillada de Berúmen los puso a temblar cuando un supuesto correo de la oficina de Berúmen y Asociados, salió aquel virulento desmentido que invalidaba los resultados presumidos y que al final, jamás se supo quién tenía la verdad de esos números. Ese episodio hizo pasar un mal rato a Héctor al enterarse que el dato había llegado hasta la oficina del propio Manlio Fabio Beltrones.
Otro movimiento fallido fue el diseño de la imagen de campaña, la cual fue cuestionada previamente por los enviados de Manlio Fabio Beltrones, y que la rodeología insistió en que así debía de quedar. Manlio, al verla, la rechazó de inmediato. “Para revivir Veracruz”, era el lema propuesto para usar en panorámicos, camisetas, playeras, mandiles, lapiceros, etc, etc. Manlio, escéptico, solo le preguntó a Héctor: ¿Veracruz está muerto? ¡Y la rechazó!
Déjeme decirle, querido lector, que en el Altiplano se llevaba a cabo una reunión cada lunes por la noche y se formaba el famoso “Cuarto de Guerra de Insurgentes”, pero éste, no se ha vuelto a realizar. Se sabe que Beltrones se enojó mucho con Héctor por no tomar en cuenta la opinión de sus enviados. Eran dos horas preciosas que Manlio -a diferencia de los otros candidatos del PRI en México- le daba a su amigo Héctor… tiempo valioso en el que revisaban los avances de campaña. “Un Cuarto de Guerra” compuesto por seis personas: Manlio Fabio Beltrones Rivera, Héctor Yunes Landa, Manuel Cavazos Lerma, Manuel Añorve, Fernando Vázquez Rigada y Jorge Moreno Salinas. Todo eso se perdió (o se detuvo al menos) a raíz de la presentación de la imagen de campaña contratada.
Se sabe también, que Manlio está un tanto cuanto desencantado de su amigo Héctor. Ha comentado entre sus integrantes del “Cuarto de Guerra” que Héctor se quiere ir solo y que no se deja ayudar. Tal vez eso explique un poco las recientes declaraciones públicas de Manuel Añorve en el sentido de que el PRI ganará Oaxaca pero que Veracruz… quién sabe.
Y es que que ha trascendido que a los asesores que saben de las ligas mayores, no se les permite operar. La imagen del candidato les interesa mucho pero no son atendidas sus sugerencias. Hay demasiada reacción, pero no hay iniciativas que ubiquen a Héctor como la mejor opción al electorado.
Ante lo anterior, Héctor puede tomar dos caminos, hacerle caso ciego a la bienintencionada “rodeología” local y correr el riesgo de llevarse la sorpresa de su vida allá por la noche del 5 de junio… o bien;
a) Tomar sus propias decisiones sustantivas y dejarse ayudar en lo formal, también, por la experiencia del equipo que Manlio ha puesto a su disposición.
b) Poner a trabajar, con orden y en serio, a los Partidos de la Coalición;
c) Aprovechar los esfuerzos individuales que juegan sin balón; y,
d) Darle un espacio formal Pepe Yunes y su equipo, con fines proyeccionistas hacia el 2017 y 2018.
La encuesta del Financiero seguramente lo hizo pasar un mal rato este lunes. Sin embargo, ¿Cómo podría aprovechar estas encuestas Don Héctor? Tomándolas como lo que son, un foco rojo de lo que podría pasar más adelante en caso de que no mejore la percepción y tome y sostenga decisiones personalísimas (¡Nadie más las tomará por él). La rodeología es buena, pero nunca debe ser asfixiante, y su equipo original y disciplinado debe seguir siendo valorado, aquilatado y protegido, pero en su justa dimensión. Hay que recordar que gran parte del triunfo electoral se logra con organización. Figura de equipo, etc. Y entender que mientras unos desean ganar la elección, los otros un puesto. Solo es bueno que haya una cabeza, más es una hidra!!!
Manlio Fabio Beltrones lo quiere ayudar y le ha puesto a su disposición un experimentado equipo. Pero por el momento Manlio está hecho a un lado, pareciera que lo quisieran tener viendo desde la barrera cómo termina este encierro.
La elección del 5 de junio será la más difícil de las que el PRI ha librado hasta el momento, pero de nada le valdrá a la Héctor y a la rodeología, lamentarse el 6 de junio si la elección no la ganan, para esa fecha ya no valdrá quejarse que el Factor Duarte era una losa imposible de soportar. En la elección del 5 de junio, en la boleta, dirá Héctor Yunes, no Javier Duarte; por lo que si no toma las decisiones adecuadas, quien podría perder será Héctor. De nada le servirá decir “¿Qué otra cosa podría hacer, si me tocó bailar con la más fea?”.
Pese a todo, Héctor tiene todo para ganar. Las piezas del rompecabezas están sobre la mesa, es cuestión, que lo sepa armar.
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