El próximo 22 de junio a las 11:00 horas, Enrique Peña Nieto vendrá a Coatzacoalcos a inaugurar Braskem Idesa. Y cuando venga se topará con un Javier Duarte que le falló políticamente y lo ha colocado en el riesgo de perder la elección del 2018. No se espera que Duarte reciba abrazo en esa visita, pero tampoco habrá reclamos. Lo que se puede vislumbrar es un trato frío por parte del Presidente. Será así porque Javier puede ser responsable de la derrota en Veracruz, pero no de la derrota del PRI en 7 de los 12 comicios de este domingo. Duarte es un gobernador que está por terminar su mandato y políticamente no promete mucho, pero Peña es un presidente que tiene dos años por delante. Ambos tienen que reclamarse y “será entrañable el encuentro de un Presidente y un Gobernador derrotados.” Este interesante análisis José Luis Ortega Vidal lo puede encontrar en Su Sección Columnas al Día. |