Sin embargo, ahora Herrera Mendoza, en el colmo de su desfachatez, ha demandado a la señora Begoña Ballester (ex esposa de Padilla Farfán) para apoderarse de una casa que nunca ha sido de su propiedad y que según otras versiones nunca le fue prestada por la señora ni por el constructor, sino que él la ocupó por sus pistolas en tiempos del fidelismo.
Según comentarios vertidos por personas allegadas a Padilla, en reiteradas ocasiones le pidieron la residencia a Herrera Mendoza pero éste se negó a entregarla. Desde hace más de dos años la dejó de ocupar, por lo que sus legítimos propietarios decidieron arrendarla. Al darse cuenta Guillermo Herrera que ya estaba ocupada, el sábado 16 de julio del presente año, usando y abusando de la estructura del Gobierno de Veracruz, específicamente de la Fiscalía General del Estado y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), llegó al inmueble mencionado, ubicado en la calle Pico de Orizaba No. 4 de la colonia SIPHE ANIMAS en la ciudad de Xalapa, custodiado por una docena de patrullas de la SSP y de la Policía Ministerial, cerrando de manera prepotente las calles aledañas y allanando de forma violenta y arbitraria la casa de Padilla; golpeando a las personas que ahí habitaban, haciéndole una declaración falsa y firmándola apócrifamente, despojando de la propiedad a los inquilinos con golpes y amenazas; inventando un robo de muebles que supuestamente tenía dentro de la casa; diciendo que dichos muebles supuestamente robados, están en una bodega ubicada en Corral Falso, congregación del municipio de Emiliano Zapata, en un predio en el que el empresario constructor tiene su parque de maquinaria, por lo que desde entonces dicha bodega se halla custodiada permanentemente por patrullas ministeriales y de la Fuerza Civil del Estado, entre éstas las que poseen los números económicos XA-016, XA-010, XA-006, XA-001, XA-005, XA-017, XA-021, de la Policía Ministerial, y las 14-772, 14-899, 14-1172, 14-2367, de la SSP, las cuales se van turnando para que en ningún momento quede sin vigilancia el lugar, como si se tratase de un asunto de seguridad nacional.
Este caso, que acaba de ser exhibido apenas el pasado miércoles 3 de agosto por un diario porteño, ha venido a irritar aún más a los veracruzanos hastiados de los excesos de poder por parte de algunos abusivos funcionarios del gobierno duartista, como el protagonizado por Guillermo Herrera, quien por un agandalle personal ha distraído a decenas de policías y patrullas para desalojar primero una residencia que no es de su propiedad y luego para vigilar una bodega del constructor Padilla en vez de que esos recursos y elementos de la fuerza pública se dediquen a investigar y perseguir a la delincuencia común y al crimen organizado, tal como lo viene exigiendo la ciudadanía que está más que harta por los robos, secuestros y homicidios que se han incrementado en la región de Xalapa y todo el estado.
Herrera, quien hasta hace poco era un funcionario que se conducía con muy bajo perfil, ha sido balconeado en una inesperada coyuntura: la estrepitosa caída del secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, quien el pasado jueves tuvo que renunciar al ser exhibido por el portal informativo de la periodista Carmen Aristegui, el cual documentó la propiedad de cinco residencias, valuadas en 2.4 millones de dólares, que el ex titular de la SSP de Veracruz y su esposa Sofía Lizbeth Mendoza Hernández adquirieron entre agosto de 2012 y abril de este año en The Woodlands Country Club, en el estado de Texas.
Y es que al subsecretario de Turismo le adjudican también la posesión de una “casita” en Playa del Conchal, municipio de Alvarado, cuyo valor comercial andaría sobre los 60 millones de pesos, ¡superior al de las cinco mansiones de Bermúdez y su esposa en Texas!.
Hace tres años, en 2013, el ex dirigente de Convergencia fue implicado por el empresario porteño Alfonso Del Rayo con Francisco “Pancho” Colorado, recién sentenciado por una Corte Federal de Austin, Texas, a 20 años de prisión por lavado de dinero para el cártel de Los Zetas. Del Rayo, quien compareció en el juicio como testigo protegido, narró cómo fue secuestrado en diciembre de 2010 y liberado bajo la condición de que “trabajara” para este grupo criminal. La víctima relató que una semana después de ser puesto en libertad fue visitado en su casa por Carlos Nayen Borbolla y Guillermo Herrera Mendoza, entonces secretario de Comunicaciones de Veracruz, y que Nayen le dijo que Colorado Cessa había ayudado para que lo dejaran libre pero que para pagar la “deuda” debía viajar en enero de 2011 a Oklahoma para asistir a una subasta de caballos, por lo que acudió a la Plaza Heritage, donde compró para los capos Treviño Morales una yegua llamada “Blues Ferrari”, valuada en 310 mil dólares, según información publicada por los diarios texano “Austin Globe” y “The Austin American Statesman”.
En mayo de 2013, obviamente, Memo Herrera negó todo. “Tengo la calidad moral para declarar al respecto, no me afecta ni me inmuta. Son declaraciones que se pueden dar en el marco de un proceso electoral. Yo sigo trabajando por Veracruz y no me preocupa”, aclaró al diario Imagen de Veracruz.
Pero muchos no le creyeron, pues comentan que ya desde agosto de 2005 el entonces secretario general de Gobierno, Reynaldo Escobar Pérez, había acusado a Herrera Mendoza, a la sazón presidente del Comité Directivo Estatal de Convergencia, de pretender chantajearlo con 150 mil pesos mensuales a cambio de dejarlo “trabajar sin problemas”. El ex munícipe de Xalapa, quien en el 2000 había llegado a la alcaldía capitalina por el partido naranja, calificó al líder convergente de “muchachito inexperto y bocón” que lo quería atacar “por no ceder a sus presiones y chantajes”.
Escobar Pérez señaló, recién iniciado el sexenio del gobernador Fidel Herrera, que “Guillermo Herrera me acusa de que yo propicié la desbandada de militantes y de los alcaldes que llegaron por Convergencia; y los alcaldes ya le dijeron que no es así, que se van por desatención de su dirigencia y porque no están de acuerdo en que prolongue su estancia como dirigente del partido”, agregando, además, que “como senador, (Guillermo Herrera) no ha rendido cuentas de los frutos de su trabajo, no ha dicho a los veracruzanos cuáles son sus propuestas llevadas al Congreso de la Unión”.
Un año antes, en marzo de 2004, el entonces gobernador Miguel Alemán Velasco, entrevistado durante una reunión con empresarios en Ixtaczoquitlán, también declaró que estaba “asustadísimo” sobre la amenaza de José Guillermo Herrera de exhibir supuestas llamadas telefónicas en las que presuntamente el mandatario priista habría pretendido convencer a la dirigencia del PT en Veracruz para sumarse a la alianza del PRI-PVEM en la elección de ese año para renovar la gubernatura.
Alemán aseguró que no había realizado tal llamada telefónica y que por eso, quienes lo acusaban, no habían podido presentar pruebas; por lo que señaló que en caso de haberlas sería porque Herrera Mendoza las habría fabricado, motivo por el que amagó con denunciar penalmente a José Guillermo y no al Partido Convergencia, para que el dirigente del partido naranja personalmente respondiera por este tipo de actos ilegales. |