Esa idea les está haciendo mucho daño a los priístas pues en los municipios no paran las confrontaciones entre los que se definen como Hectoristas o Pepistas. Esta división genera un problema muy serio y podría causar deserciones. Pepe y Héctor deben dejar bien claro que van juntos, pero no solo decirlo… hacerlo. Para que esa unidad se palpe y se crea deberían caminar -si es preciso- como “mellizos”, y buscar en unidad candidatos ganadores, sean o no de sus cuadras. En la CDMX ya se han percatado del caso e incluso pueden considerar que un tercer@ en discordia resultaría hasta necesario para darle la vuelta a la polarización que, muchos opinan, hizo perder al PRI la gubernatura. Pero más allá de eso, más allá del fraccionamiento que se sigue generando… a ningún partido le resulta benéfico dos años antes de una elección gubernamental, el tener una caballada flaca. Y no lo decimos por el peso específico de cada Senador (que de por sí es mucho), sino porque la baraja debe ampliarse para poder responder a cualquier eventualidad… y ese, ese es el gran reto de Amadeo. Zurcir fino, hilar sin sentir, para que ninguna fuerza se sienta excluida, así piensan ya en la CDMX. Al buen entendedor pocas palabras. |