El analista Juan Pablo Calderón Patiño escribió que “Descontando el tema exportador y enfocándonos al mercado interno mexicano, hoy Ford y Fiat Chrysler tienen en conjunto, casi el 13% del mercado nacional... Ese porcentaje…en un mercado que cerró el año pasado con un poco más de 1.6 millones de vehículos. ¿Qué sería para ellos un boicot mexicano hacia ambas marcas? General Motors ha sacado por ahora la casta y han comprendido que al ser el 20% del mercado debajo del Río Bravo, es una potencialidad que no se puede perder”… Y tiene razón, falta ver si las empresas están dispuestas a agachar la cabeza. Tarde o temprano la economía enseñará a Trump que las bravatas de campaña eso son: bravatas. Obligar a empresas norteamericanas regresar a suelo americano podría ser contraproducente; pues perderían competitividad internacional por el alto costo de su mano de obra. La economía no siempre se supedita a la política, y Estados Unidos puede aprender, a la mala, que no es lo mismo producir con un salario mínimo de 80 pesos, al salario mínimo en dólares. Cuando sus productos se encarezcan, Trump podría comprender la dimensión de sus baladronadas. |