La aplicación de agua destilada a niños con cáncer en el gobierno de Veracruz es nota que ha dado la vuelta al mundo. En Xalapa manan tantos documentos que de querer ir a fondo del caso, caerán los culpables. Por ejemplo, circula copia del oficio CGE/193-01/2017 firmado por Guillermo Moreno Chazzarini, Contralor General del Gobierno de Veracruz. En el quinto párrafo del mismo se lee que: “el 26 de octubre del 2012, le fue entregado a la L.A.E. Rosalba Aguilar Alonso, Directora General de Control y Evaluación de la Contraloría General, el proyecto de fincamiento de responsabilidades contra servidores públicos adscritos a Servicios de Salud de Veracruz, por la falsificación de medicamentos”. Lo interesante es que el Contralor Moreno Chazzarini afirma que la funcionaria no hizo ninguna diligencia para que fuera turnado a la autoridad correspondiente y se iniciara el procedimiento disciplinario. En ese tiempo quien partía el chicharrón en la Contraloría del Estado eras ni más ni menos que Iván López Fernández, tiempos en que la omisión era el estilo. Por ahí pueden ir deshebrando la madeja. |