En lo político que culpen a quién quieran, pero el daño se dio por un problema técnico: ¡No hubo información sólida ni suficiente que sirviera para convencer! Legislativamente imperdonable y financieramente lamentable.
La diputada Copete Zapot, por ejemplo, le echó ganas en la tribuna pero subió sin azadón, hacha o machete, pues el argumento que de no aprobarse la reestructuración los alcaldes buscarían contratar créditos, puede ser cierto, aunque muy débil.
Que exmandatarios no hicieron obras con los préstamos millonarios que solicitaron, también es cierto… pero no era el tema.
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La calentura general apunta a Clementina Guerro y SEFIPLAN, de dónde no salió la carnita para que los diputados pudieran convencer no solo a los 25 diputados que votaron en contra, sino también a los veracruzanos que se quedaron con ganas de saber si convenía o no la reestructuración de la deuda. |