El artículo destaca en el balazo: “Cifras contradictorias, falta de peritajes y poca claridad en la ruta del dinero desviado dominan los expedientes”.
¿Será que a la famosa frase que se le adjudica a Benito Juárez de que “A los amigos justicia y gracia y a los enemigos justicia a secas” debería adicionársele algo así como “A los amigos justicia, gracia y expedientes penales mal integrados”?
Y es que en México existen antecedentes recientes de que a los amigos del Sistema se les protege de la acción de la justicia. Por ejemplo, una investigación realizada en España por el Diario El País, reveló que el gobierno mexicano dispuso su maquinaria diplomática, política y legal, para liberar a Humberto Moreira, ex presidente nacional del PRI, de las acusaciones de blanqueo de capitales y pertenencia a un Cartel del narcotráfico. En ese caso le tocó a la Procuradora Arely Gómez hacer el oso de su vida, pues resulta inverosímil que en España sí pudieron descubrir las actividades ilícitas de Moreira y aquí en México ni se enteraron.
Jair Ávalos y Francisco Pazos puntualizan que “Los principales aliados del exgobernador Javier Duarte en su batalla legal son los errores de la PGR y la Fiscalía del estado” y describen con precisión que “en el expediente no hay peritajes que acrediten el delito de delincuencia organizada… a nivel federal, el expediente contiene peritajes que no demuestran la ruta del dinero que habría desviado Duarte del Gobierno del Estado, ni tampoco se incluyen documentos, peritajes que soporten los testimonios que acrediten la vinculación, como organización criminal, entre el exmandatario, sus subalternos y la adquisición de un terreno. Al no establecer que existía una estructura criminal para delinquir, no se podrán demostrar los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada que exige comprobar que tres o más personas se organizaron para realizar, en forma permanente o reiterada, conductas que por sí o unidas a otras, tienen como fin o resultado cometer alguno o algunos de los delitos tipificados por la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada”.
Como si eso fuera poco, los autores del mencionado artículo aseguran que
“Las acusaciones que enfrentará el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, al llegar a México se sostienen con alfileres. Errores en documentos y contradicciones en las cifras del presunto daño que causó al erario, testimonios controvertidos en el propio expediente e investigaciones por parte de la Fiscalía de Veracruz que sólo aportaron dos documentos y un par de testimonios, son los elementos que integran las carpetas con las que pretenden probarle al exgobernador cinco delitos”.
Desafortunadamente Miguel Ángel Cristiani, Jair Ávalos y Francisco Pazos, pueden tener una enorme razón. Y todo lo anterior hace pensar y suponer que a Duarte lo juzgarán y encarcelarán con una puerta de doble bisagra… y que por un lado entrará y por el otro saldrá. |