Por cierto, entre la clase política azul y amarilla afirman que para sancionar a Yunes Márquez primero tendrían que hacerlo con los dos senadores priistas cuya promoción de imagen ha sido mayor. Sin embargo, habría que tomar en cuenta que las autoridades electorales no actúan por oficio sino a petición de partes.
Por otro lado, sabido es que la normatividad electoral es laxa, y con más lagunas que la zona aledaña al Bolsón de Mapimí. Así, que se le tendría que comprobar a Yunes Márquez que pidió el voto, que usó propaganda política en sus eventos, que amenazó o presionó a los asistentes y, en fin, toda una serie de hechos que se tendrían que configurar como delitos electorales para que la denuncia del PRI prospere.
Aquí en la política no funciona el razonamiento inductivo que se aplica en el test del pato, de que “Si parece un pato, nada como un pato y grazna como un pato, entonces... es un pato”. ¡No! En la política así no funciona, aunque se enoje quien se enoje.
Finalmente, hasta los siempre incógnitos pupilos de Andrés Manuel López Obrador en Veracruz ya tienen perfilados y listos para las encuestas a sus aspirantes a diputados locales y federales. En MORENA ya está definido Cuitláhuac García para ir por la gubernatura nuevamente; sus dos fórmulas al Senado la encabezarán la diputada federal Rocío Nahle y se espera que en breve se defina la otra fórmula que podría salir entre Marco Antonio Medina y el dirigente estatal Manuel Huerta. Y lo mismo aplica para las aspiraciones a diputaciones en todos los distritos, donde los aspirantes ya están definidos.
¿Y los priistas?... Bien gracias. Siguen “esperando los tiempos” pero por indecisos se pueden quedar como el que chifló en la loma. |