La justicia que tanto promovió Yunes Linares, precisamente por este tipo de situaciones fue tildada una y otra vez en medios de comunicación de selectiva y fuera de la ley.
Ya sin el poder del ejecutivo respaldando las malandradas del judicial, los jueces antes envalentonados hoy se hacen chiquitos y tienen que soltar a los amparados so pena de incurrir en desacatos que los lleven de los carniceros del ayer, a las reses del mañana.
Aún así, pese a que el escenario estaba previsto, en el ambiente flotaba levemente la duda: cuando salgan ¿A quién le achacarían el milagrito?
Todo se devela hoy como una acción de la justicia -irónicamente- al margen de la ley.
Hoy, a diferencia de los cálculos Yunistas, la población percibe que las liberaciones recientes de Audirac y Francisco Valencia responden a errores en la integración de las carpetas o a la sencilla y laxa salvedad de que, por ley, pueden seguir sus procesos en libertad.
Más allá de si son buenos o malos, inocentes o culpables, si se enriquecieron o no al amparo del poder, la ley es clara y hay que cumplirla.
Las bombas que le dejaron plantadas a Cuitláhuac están estallando, pero oh crueldades del destino, estallan en los recuerdos de los que ya se fueron.
Los que van llegando, cobijados en el cálido abrazo de la luna de miel gubernamental, ni sudan ni se acongojan en lo mediático.
La continuidad de las denuncias estará en manos de Jorge Winckler (hasta que renuncie o lo corran) por lo que los escenarios de complicidades, cochupos o convenios, podrán seguirse hilvanando en la prolífica mente jarocha. Total, ¿Qué tanto es tantito?
@AtticussLicona |