En primer lugar, el senador suplente de Ricardo Monreal, Alejandro Rojas Díaz Durán, se le ha lanzado a la yugular a la dirigente política del Partido Morena. Díaz Durán incluso ha pedido su expulsión del Partido y recién calificó la Convocatoria de Morena para la renovación de cuadros de ser una burla y una trampa. Ha utilizado términos de guerra que envidiarían panistas, priistas y perredistas. Su última gracia ha sido pedir a los cuatro vientos que se posponga la elección interna de Morena. Pero no solo ha enderezado sus armas en contra de Yeidckol Polevnsky sino también contra el actual gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, lo que le valió ser expulsado de Morena por la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena que lo inhabilitó por 3 años de sus derechos como militante de Morena. Y si bien es cierto que el Tribunal Federal Electoral ordenó restituirle esos derechos, quedó claro que Alejandro y su belicosidad se convertirá tarde o temprano en factor de división dentro de Morena.
También es claro que el Senador Ricardo Monreal es quien mueve los hilos de Rojas Díaz Durán y utiliza el coraje que le quedó en el alma a su suplente luego de que perdiera la competencia interna por la candidatura al gobierno de Puebla. Rojas Díaz Durán no solo despotricó y calumnió a Barbosa de palabras, sino que lo acusó ante la Fiscalía General de la República por un supuesto enriquecimiento ilícito y evasión fiscal.
Dicen que perro no come perro, pero en este caso está visto que Moreno sí como Moreno.
El segundo caso visible de una guerra interna en Morena es la jugada maestra que le hizo este lunes Ricardo Monreal en el Senado a Martí Batres, a quién maniobrando magistralmente en la bancada que coordina, de último momento le arrebató a Martí Batres la posibilidad de repetir en el alto cargo de Presidente del Senado.
Monreal no la jugó para que Batres repitiera como se vislumbraba en la Presidencia de la Mesa Directiva del Senado, sino que movió los hilos de la equidad de género y maniobró para que Mónica Fernández Balboa, una de sus aliadas senadoras, se alzara con la victoria en la elección interna. Además, Monreal maniobró por debajo del agua para que votaran también los senadores del Partido Encuentro Social (PES), lo cual no fue más que un centralazo que ha puesto a Batres al borde de salir de la bancada de Morena.
Derrocado Martí Batres, la fuerza de Monreal crece como la espuma. Hoy el Senado es suyo y si a través de Alejandro Rojas Díaz Durán logra apoderarse de MORENA tendrá al partido en sus manos para conformar las alianzas políticas con la oposición para sus altos fines de convertirse en el fiel de la balanza en los próximos procesos electorales.
Lo anterior porque no se ve cómo el diputado Mario Delgado le pueda ganar la elección interna de Morena al alfil de Monreal.
Está visto que esa famosa reunión de senadores y exsenadores de varios partidos políticos en la casa de Dante Delgado tuvo mucho que ver con las alianzas políticas que teje el zacatecano.
Monreal pavimenta su propio camino a la Presidencia. Monreal lleva un paso imparable e imposible de domar, mientras el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su afán de ser el mejor Presidente de la historia ha dejado suelto todos los hilos políticos del partido… y del gobierno.
@frlicona |