Huele a azufre al interior de la Contraloría del Gobierno del Estado de Veracruz. Por un lado está el poder institucional que intenta ejercer Leslie Garibo Puga y por el otro el poder de facto que representa Miguel Ángel Vega García, quien ostenta el pomposo cargo de Director General de Transparencia, Anticorrupción y Función Pública.
Allá por el mes de febrero de este mismo año trascendió que la Contralora le renunció al Gobernador Cuitláhuac García Jiménez debido a que no pudo documentar las ‘triquiñuelas’ del exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares. El gobernador la retuvo, pero le impuso baraja nueva en las principales áreas a su cargo y le cambió a todos los directores generales y a la mayoría de los Contralores internos. En esos cambios llegó Miguel Ángel Vega García, a quien desde que llegó le quedó chica la silla y empezó a inflarse, cambió a quien quiso, reubicó a quien se le pegó la gana, hizo crecer su área, contrató nuevos espacios y armó su poderoso búnker desde donde se dio a la tarea de anular a Leslie.
Así que de febrero a la fecha el poder de Vega García ha crecido por debajo del agua con el consabido descontrol de los demás funcionarios que no saben a quién rendirle cuentas, por lo que algunos han optado por rendir cuentas a los dos.
|