En la praxis política la división de poderes en Veracruz ha sido un mito, por lo que los sabios bebedores de café llegaron a la conclusión de que por más sombrerazos que haya y por más que la sociedad se devanee los sesos, el nuevo titular del ORFIS será el que Cuitláhuac quiera.
Tanto las encuestas a mano alzada como las ‘rigurosas auscultaciones’ que practican los políticos resuelven, pero incrementan la incredulidad del pueblo.
Por ejemplo, quizá dos días sean suficientes para saber si los 62 aspirantes a dirigir el ORFIS cumplen con los requisitos de la convocatoria: una simple actividad repetitiva de checklist no requiere de talento. Pero analizar, comparar, verificar 62 expedientes y entrevistar en tan solo 12 días hábiles (del 5 al 26 de septiembre), requiere atributos de organización, método y capacidad para medir las habilidades, ventajas y desventajas de elegir a tal o cual aspirante, además de intensos ejercicios comparativos de lo que se dice en los expedientes con las notas en particular que resulten de cada una de las entrevistas personales. Dicha capacidad, por cierto, no es algo propio de lo que hasta ahora han demostrado poseer la mayoría de los diputados locales de Veracruz.
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Así que a falta de esa capacidad y de tiempo suficiente, la praxis política manda. ¿O qué? ¿En verdad piensa que en la 4T la división de poderes se logró por encanto?
Canillazos a los que no acaban de digerir que para cumplir los deseos de un ente soberano, solo se necesita saber levantar el dedo. |