Esta mañana los sabios bebedores de café hablaron de la falta de imaginación en oposición política del actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Serios y preocupados porque así, dicen, no llegarán a ningún lado. Se requiere con urgencia que le piensen un poquito.
Los contrapesos son necesarios y vitales para que haya equilibrios en el Estado. Pero en lugar de eso, la verdad es que dan risa aquellos que se la pasan repite y repite lo mismo desde hace tres sexenios en contra de la forma de hablar y de pensar de AMLO. El discurso es el mismo. Parecen discos rayados, aseguran.
Infantiles, por ejemplo, las críticas de Vicente Fox, Felipe Calderón y todo el séquito político del gobierno de Peña Nieto... rayan en la ridiculez.
|
Lo dicho por el ‘Jefe’ Diego Fernández de Ceballos respecto a la participación del gobierno de la CDMX al paso de las marchas del 2 de octubre no les gustó ni a sus mismos seguidores panistas.
¿Cómo creen, aseguran, que podrá la oposición cambiar la opinión pública a su favor, de seguir defendiendo a los ladrones, a la corrupción, de tanta transa, a los abusos de poder, a la impunidad, a la burla, la simulación, al robo y delitos electorales, de la devolución de impuestos a los amigos de los altos funcionarios, de la plutocracia, del fuero a funcionarios públicos, de representantes populares empleados de potentados?
Este país ya cambió, el pueblo decidió, los mexicanos dijeron estar hartos de todo lo anterior y quiere que mejore la distribución del ingreso. La oposición debe cambiar su discurso o se quedará al margen del poder y seguirán haciendo el ridículo.
Canillazos para aquellos que el cambio les agarró por sorpresa y aún no despiertan. |