Al Presidente Andrés Manuel López Obrador se le salió de control la mañanera de hoy. Y es que el caso Culiacán al parecer le está quitando el sueño. Como se había anunciado que la conferencia de prensa de hoy sería para responder dudas los reporteros fue bien preparada con sus preguntas y lo sacaron de sus casillas. Muy ríspida y caliente fue la mañana en Palacio.
Tan ríspido y pesado se puso el ambiente que ante el descontento de algunos de los reporteros el mandatario optó por decir que mañana viernes volverán a poner la línea del tiempo y reiteró que no se ocultará nada.
Otros puntos de vista del Presidente que analistas políticos y periodistas no aceptan, fueron los que se refirieron a que los medios no están trasmitiendo bien los hechos, que no están respondiendo a los intereses del pueblo. Aunque acotó que algunos. Es decir, tal parece que el Presidente quiere que se comunique lo que él quiere, lo que le interesa al gobierno a su cargo y no hechos que tengan explicación y que sean explicables; no se vale publicar boletines a ojos vistos sin tener la certeza de su veracidad, pues a pesar de que se están explicando los hechos siguen existiendo muchos cabos sueltos que necesitan ser explicados.
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Sin embargo, lo que encendió los ánimos de un pequeño grupo de reporteros y sobre todo de periodistas que en los momentos de la conferencia de prensa en Palacio trasmitían en vivo sus programas en radio y televisión fue cuando el Presidente se refirió a un episodio de la historia cuando el presidente Francisco I. Madero acuñó la frase "Le muerden la mano a quien les quitó el bozal" lo que marcó un episodio triste de la prensa en México, por lo que él quiere evitar ese tipo de situaciones, sin embargo dijo que cada uno debe tener su responsabilidad (refiriéndose al gobierno y a la prensa).
Aquí se ha señalado, el Presidente se ha subido al trapecio de la opinión pública sin red. Las mañaneras lo hacen ser reactivo con sus verdades, las que por lo regular cuando se comparan con las que ha dicho en anteriores ocasiones, suelen convertirse en mentiras, pues él mismo contradice sus verdades anteriores con las del día.
Definitivamente que sí, las cosas han cambiado, pero no se ve que sean mejores.
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