“De hecho tampoco nos preocupaba la Presidencial, la íbamos a ganar con o sin Veracruz, pero teníamos que apropiarnos de la llamada Joya de la Corona, pues ahí estaban bien acuartelados los panistas, y más aún, los Yunes. AMLO quería Veracruz por varias cosas, y una de ellas era por un tema personal con Yunes Linares”, me dijeron vía telefónica.
De acuerdo con esta misma fuente, de sobra se sabía que cuando Cuitláhuac García venciera por intervención de López Obrador (y no por méritos propios, como lo hizo Cuauhtémoc Blanco), el problema se presentaría al momento de gobernar. No tendría idea de cómo hacerlo.
“Sin embargo, a pesar del negro panorama que veíamos con él, conservábamos la esperanza de que reaccionara al momento de saberse Gobernador, pero no, hay frutas que se caen del árbol sin madurar”.
“No nos parece que el Gobernador se haya referido alguna vez públicamente al Presidente por su nombre, perdiéndole el respeto a su investidura; tampoco se necesitaba que este fin de semana escribiera un tweet defendiéndolo ante un presunto golpe de estado. No era necesario; eso nos deja claro que Cuitláhuac sabe (de sobra) que no está entregando buenas cuentas a AMLO”, me afirmaron, de manera clara y contundente.
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