En una carta dirigida a AMLO, al titular de la SEP Esteban Moctezuma, al gobernador Cuitláhuac García y al titular de la SAEV, Zenyazen Escobar, los trabajadores de base y de confianza del Colegio de Bachilleres (Cobaev), tanto docentes como administrativos, pidieron a las autoridades el cese inmediato del acoso laboral que sufren desde que fue nombrado Alejandro de la Cruz Garnica Fernández como director administrativo.
Este funcionario, explican, se ha dedicado a hostigar sistemáticamente a los trabajadores violando sus derechos constitucionales y laborales. A través de sus jefes inmediatos, que reciben instrucciones del funcionario, los trabajadores del Cobaev sufren acoso laboral, y señalan que esta actitud se ha recrudecido a raíz de que hizo quedar en ridículo al titular de la SEV, Zenyazen Escobar García, a quien hizo declarar en una conferencia de prensa que en ese subsistema había más de 200 aviadores que, una vez despedidos, permitirían un ahorro anual superior a los 2 millones de pesos; después de "una auditoría", resultó que sólo eran 5.
Al correr a esos supuestos aviadores, en su lugar Alejandro de la Cruz metió a gente de su confianza a la que le transfirió las jugosas plazas y jugosas compensaciones y les rentó una casa privada adjunta al edificio de la Dirección Administrativa disfrazados de "supervisores académicos" que nunca han hecho una supervisión a un solo plantel porque no hay presupuesto para viáticos.
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A ese rotundo fracaso, se suma otro mayor, el de no poder correr al hijo de la diputada Érika Ayala Ríos, dirigente del sindicato del Cobaev, quien tiene plaza de docente de tiempo completo sin haber pisado en su corta vida un plantel del Cobaev para dar clases; hoy su madre le ha autorizado una licencia sin goce de sueldo, por lo que en automático dejó de ser aviador.
A raíz de esto, De la Cruz Garnica desató un acoso implacable contra los directivos de las 8 Coordinaciones de zona y los 71 planteles, a quienes obligó –bajo amenaza de correrlos si no cumplían con sus indicaciones–, de otorgar las tiendas escolares a sus amigos, y venderles a fuerza a los alumnos los libros de texto, uniformes y boletos del sorteo. Los directivos que no estuvieron de acuerdo fueron cesados inmediatamente y en su lugar ya están despachando amigos del Director Administrativo.
A los trabajadores de confianza en oficinas centrales les disminuyó la compensación y en otros casos hizo despidos injustificados, colocando a más amigos suyos en su lugar.
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