Pues sí, resultó cierto eso de que AMLO tenía otros datos, puesto que mientras los inversionistas mexicanos se duermen en sus laureles y han dejado de invertir en México apostando quizá a que el Gobierno actual pueda claudicar con sus transformaciones, la inversión extranjera sigue llegando y no precisamente a cuenta gotas.
De acuerdo con las cifras oficiales preliminares de la Secretaría de Economía, en los primeros tres trimestres del año actual la inversión extranjera directa creció en 7.8% y se captaron 26 mil millones de dólares.
La inversión extranjera directa es aquella que llega a instalarse en suelo mexicano, que crea empleos y genera economías a escala de otras empresas, al facilitarles en muchos caso el acercamiento de insumos extranjeros. Y, en muchos casos, la mayoría, participa en sociedades inversión ya establecidas en el país, fusiones y adquisición de activos.
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