Lo anterior es parte de la letanía del lanchero.
Así la ‘Casa de Duarte’ es exhibida a los turistas junto con la Casa del dictador oaxaqueño Porfirio Díaz; en la que durmió el divo Juan Gabriel, en las que se han rodado películas, la que tiene la ceiba bajo la que lloró Victoria Rufo, el lanchón de madera labrada -varado a la orilla del río, que se hizo construir especialmente para que pasara el río una hermosa novia cuya boda costó 14 millones de pesos. Son al menos una docena de lujosas casas con varaderos y asoleaderos propios de ricas familias de hacendados y ganaderos de la región con estilo californiano, español y australiano. Casas con doble frente uno que da al río -modernas y estilizadas- y el otro que da a las tradicionales calles tlacotalpeñas, de frondosos pilares y tejados franceses.
‘Casas hipócritas’ dijo un turista, por aquello de que tienen doble cara.
Así, cuando menos la casa de Duarte está sirviendo de algo.
¡Para entretener turistas!.
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