Y puede ser anecdótico de no ser porque el tema más álgido en el país sigue siendo el quiebre total del sistema nacional de salud y, en el caso de Veracruz, igual.
A la desaparición del Seguro Popular (un proyecto que solo requería un fuerte y decidido combate a la corrupción y llamar a cuentas a gobernadores y exgobernadores que desviaron miles de millones de pesos destinados a este programa en sus estados), han sacado de la chistera el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que no ha sido implementado más allá de los discursos ardientes de Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores.
Tan no existe que AMLO ha tratado de esconder su ineptitud y falta de empatía con miles de enfermos abandonados a su suerte con la negra leyenda de la rifa del avión presidencial.
Es cierto que los gobiernos panistas y priistas fueron una mafia delictiva que se repartió el jugoso botín de los recursos públicos, pero no ha sido eso solamente lo que explica el criminal desabasto de medicamentos y el abandono a su suerte de miles de enfermos en el país, niños entre ellos.
Baste señalar que en 2019, el gobierno federal no ejerció 16 mil millones 381 mil pesos del sector Salud, según lo ha reportado la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con lo que dejó de comprar el 36 por ciento de los medicamentos licitados el 30 de diciembre de 2018, lo que explica que el desabasto haya crecido, solo en el IMSS, en 1000 por ciento.
Lo que sucede en los demás hospitales del sector Salud, incluyendo los dependientes del ISSSTE, es aún más grave.
Lo que ocurre en Clínica-Hospital del ISSSTE en Xalapa
Sin director desde hace unos seis meses, la Clínica del ISSSTE en Xalapa no solo sufre el olvido del alcalde Hipólito Rodríguez Herrero, cuyo gobierno deja que los baches se conviertan en intransitables lagunas y catacumbas. También sufre los embates del desabasto de medicamentos y el autoritarismo de sus directivos.
Pese a que supuestamente se construyeron tres nuevos quirófanos, la falta de personal médico especializado ha obligado a mantener la cuota de operaciones quirúrgicas.
Un video que circuló profusamente la semana pasada en redes sociales muestra no solo a la administradora de la clínica-hospital responder de manera prepotente y arbitraria al reportero que lo grabó; también, una exasperante fila de derechohabientes que buscaban recoger los medicamentos que les habían sido recetados, la mayoría de los cuales salió sin ellos por el grave desabasto.
Hace más de dos meses, según los quejosos, que no surten algunos medicamentos especializados; uno de ellos, el Telmisartán con Hidro, vital para enfermos hipertensos, pero otros más tampoco son entregados a los cientos de pacientes que deben esperar en las colas como si estuvieran frente a la taquilla de un concierto de Luis Miguel.
Ramos, el ahorrador
El 15 de diciembre pasado, el impresentable Roberto Ramos Alor, la maldición de Morena contra los veracruzanos, declaró con sobrado orgullo que la Secretaría de Salud de Veracruz, a su deshonroso cargo, había logrado un ahorro de 600 millones de pesos en 2019, gracias a una política de austeridad, en lugar de reconocer que había sido gracias a su ineptitud… o a su perversidad.
Una política de austeridad significa evitar gastos onerosos que no tienen que ver con la atención a la salud de los veracruzanos, como no incurrir en despilfarro en viáticos y gastos de representación, no gastar en viajes onerosos que no tienen que ver con la función pública.
Pero considerar ahorro y acto de austeridad, por ejemplo, el despido del personal necesario para la contención de epidemias como el dengue, la cancelación en la adquisición del químico necesario para la fumigación en áreas proclives a la proliferación de huevos, larvas y pupas del moquito vector Aedes Aegypti, y la falta de acción para atender los efectos nocivos que, por primera vez en esas magnitudes, ocurrió en Veracruz en 2019, es abiertamente criminal cualquier ahorro.
Vea usted los datos: el estado de Veracruz acumuló, en 2019, 10 mil 899 casos de dengue, según el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud del gobierno federal. Lo más grave: sufrimos 37 fallecimientos por dengue. Ello colocó a Veracruz en el segundo lugar, debajo de Jalisco, en incidencia de este virus que, aunque siempre ha afectado a los veracruzanos, acciones preventivas había logrado atemperar. El documento oficial precisa que el número de casos probables fue de 50 mil 913 y los estimados son 31 mil 177 durante el año pasado.
Seguramente, otra fuente de ahorro es el irresponsable desabasto de medicamentos para atender, por ejemplo, a niños con cáncer y personas con el VIH-Sida.
La verdad es que en Salud nadie puede sentirse satisfecho por haber dejado de gastar lo que, para colmo, está destinado a ello, sin hacerse acreedor a una sanción incluso penal por delitos como el de Incumplimiento de un deber legal que, en nuestro código penal, se aplica al servidor público que deje de cumplir con los deberes inherentes a su empleo, cargo o comisión en perjuicio de los derechos de un tercero o en beneficio propio o ajeno.
¿Invertirán para combatir el dengue en 2020?
Desde el desastroso periodo en que el dengue hizo estragos en Veracruz, la prensa oficial ha insistido en dar a conocer acciones en contra de este virus por parte de la Secretaría de Salud. Y es que para su desgracia, aun en invierno, el mosquito ha seguido dando sus fatales piquetes, enero y febrero, inclusive.
Este sábado, al encabezar la primera sesión extraordinaria del Consejo Estatal de Salud (Coesa), el gobernador Cuitláhuac García Jiménez conoció las acciones previstas contra el dengue en 2020, con la participación de los municipios. Una de ellas, la primera, se desarrollará del 10 al 20 de febrero, con trabajos de campo para eliminación del vector, en que participarán brigadas, ciudadanía y alcaldes, así como personal de los Servicios de Salud de Veracruz (SESVER), jurisdicciones sanitarias e incluso el gobernador y los miembros de su gabinete.
Como parte de la erradicación de criaderos del mosquito transmisor, indica un comunicado oficial, la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario (Sedecop) creará un listado de las empresas llanteras para que se les pida apoyar a los municipios en el retiro de neumáticos.
Las secretarías de Salud y de Educación coordinarán la difusión de una campaña para implementar “ovitrampas letales”, tanto en escuelas como en hogares.
Por lo visto, todos le entrarán al tema para tratar de evitar lo que ocurrió el año pasado, cuando el secretario Roberto Ramos Alor, entretenido en limpias y brujerías, nomás no pudo con el paquete, y en su comparecencia en el Congreso responsabilizó a la población de mantener trebejos en sus traspatios donde se reprodujo el mosco transmisor.
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