Nada de créditos de corto plazo que no sirven para crear infraestructura, nada de utilizar la deuda para gasto corriente. Transparentar muy bien los recursos que se apliquen en obras con nombre y apellido y vigilar con lupa el ejercicio de esos recursos.
Veracruz no sería el primer estado que recurriría al endeudamiento para enfrentar la situación financiera, ya por delante otros lo han hecho, pero aquí se tiene la fortuna de que la deuda estatal está en rangos manejables gracias a los esfuerzos de los últimos meses en materia de austeridad.
En caso de que se materialice una nueva deuda porque la situación actual lo exige, será en compensación con lo pagado el año pasado que puso a Veracruz como el principal estado en bajar su deuda.
¿Qué sería de Veracruz en estos momentos de necesidad financiera de no haber tenido el buen cuidado de utilizar los recursos de los planes de austeridad y buen manejo financiero, en el que como complemento no se han aumentado ni creado nuevos impuestos? Sencillamente no habría el colchón para nuevos créditos que no aumenten la proporción de amortizaciones al presupuesto.
Si bien lo anterior será un nuevo reto para Lima Franco, el camino exitoso que ha recorrido hasta ahora permite esperar que lo sepa resolver y efectivamente no se rebasen los niveles nominales de deuda, se apliquen con rectitud y transparencia los recursos y que no se grave más a la población para reactivar la economía sin quitarle recursos al control de la Pandemia Covid-1’.
Vaya reto al que habrá que darle seguimiento puntual. Pero ahí la llevan.
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