Por ello, esta mañana López Obrador abrió el espacio para negociar al señalar que la cancelación del contrato con Iberdrola para la Construcción de una nueva termoeléctrica en Tuxpan no se ha confirmado, “primero que los atienda la titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle, y el director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz”, dijo.
Y es que en el Senado se percataron que efectivamente en la CFE se gestaba una ríspida relación con la empresa Española en la que se hablaba además de la cancelación del contrato otorgado por el Gobierno de Enrique Peña Nieto y una nueva licitación de la obra.
Por ello fue que el Senador Manuel Velazco Coello, coordinador de la bancada Verde, propuso y logró de inmediato un Punto de Acuerdo mediante el cual se exhorta a la CFE y a la empresa Iberdrola a lograr una conciliación que permita rescatar la inversión para la construcción de una Central de Ciclo Combinado en Tuxpan, Veracruz.
Es decir, quizá haya puntos que afinar que aseguren que los términos de lo contratado se puedan hacer cumplir, quizá hayan por ahí algunas cláusulas que abren la puerta para beneficios adicionales para la empresa como los que se acostumbraban en gobiernos anteriores; pero ahora se tendrá que negociar, la puerta se ha abierto y júrelo que si hay motivos de controversia se conocerán.
Lo cierto es que si hay algo por ahí mal ubicado se arreglará como ya se ha hecho en otras obras que al inicio del presente gobierno se complicaron con empresas norteamericanas y canadienses y que con negociación e incluso en tribunales se afinan sus términos.
México dejó de ser un cheque en blanco para la inversión extranjera directa, tal y como siempre debió ser. Y puede que a muchos no les guste pero ni modo así debe de ser.
Menudo paquete le cayó en las manos a la zacatecana titular de la SENER, quien deberá resolver en la CDMX el tema y al mismo tiempo continuar supervisando la construcción de la nueva refinería en las tierras chontales de Tabasco.
@frlicona |