Tan candente se volvió el rechazo a que Gerardo Fernández Noroña presidiera la Mesa Directiva que a Morena no le quedó otro remedio que quitarles al diputado Manuel López Castillo que el pasado viernes se había sumado a las filas del PT.
Con lo anterior las aguas se estabilizan para Morena que de hecho habría perdido la presidencia de la Junta de Coordinación Política, que quedaría en manos del PAN, y deja en un empate al PT con el PRI como tercera fuerza política.
Es decir, se le cayó el teatrito al PT y a Fernández Noroña que ahora entenderá que la política es de acuerdos y no de tumbar cuanto pino se le ponga enfrente. Hay por ahí otros diputados que sin darse cuenta quizá han buscado conseguir gubernaturas por esa misma vía. Así les puede ir.
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