Entre formales e informales, se han recuperado cerca del 57% de los empleos perdidos (7.1 millones de trabajadores), aunque todavía se requieren recuperar 5.3 millones de empleos para regresar a las cifras antes del COVID-19. Lo anterior no quiere decir que estemos ya en los niveles económicos previos, pues incluso muchos de esos trabajos recuperados se han recobrado con plusvalías del alrededor del 35%, sin embargo, la recuperación va.
Tal vez eso es lo que le da valor al presidente López Obrador de soltar baladronadas al aire como la que soltó este día durante su conferencia mañanera: “A la primera manifestación de 100,000 y que pierda apoyo en las encuestas, me voy”.
AMLO dijo "Los gobiernos autoritarios se derrumban con grandes movilizaciones. En mi caso, a la primera manifestación de cien mil y que yo veo que en las encuestas ya no tengo apoyo, me voy a Palenque, Chiapas. Ni siquiera espero la revocación del mandato. Ahí nos vemos. Porque tengo principios, tengo ideales", refiriéndose sobre todo a la protesta de Frena.
Tanto amenazar con que se va y que se va y se va, y nunca se va, deja demasiado a desear sobre la seriedad de sus afirmaciones. Anteriormente ya había dicho que si se cumplían ciertas condiciones él se iba a ir a La Chingada (así se llama su rancho), esas condiciones se dieron y no se fue.
Sin embargo, lo que muchos tal vez no consideran no es que se vaya AMLO luego de una posible votación de Revocación de mandato o si hay manifestaciones de 100 mil personas como él dice… sino que el verdadero problema es ¿Quién lo sustituiría? Esa es la pregunta que se deben hacer quienes hoy piden su salida o quienes aspiran a su revocación.
Tal vez lo conducente sería poder cambiar el sistema de gobierno. En EEUU por ejemplo, vemos una virtual revocación de mandato cada 4 años. Eso sería lo conducente en México, que se formalice el método para que en caso que en las urnas no se siga queriendo mantener al Presidente, exista una clara definición de quién lo sustituye.
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