Exigen y obligan los gobiernos, a pagar un servicio, de agua fantasma. Un tubo lleno de aire, conecta con el estiaje.
Preocupa, que día a día se prueba y comprueba que la disponibilidad en cantidad y calidad, es menor.
Cada vez más localidades, disponen del vital líquido solo algunos días y por unas horas. La cuestión es que, ahora y en el futuro, lo más frecuente y seguro es escasez, estiaje, tandeo, racionamiento y falta de agua. Eso sin mencionar, los innumerables cuestionamientos a su calidad, así como los exagerados, injustificados y condicionados cobros.
Así, no es raro tratar con gobernante, funcionario o servidor público, tan estúpido e incapaz que cree y sostiene, que el agua solo depende, de si se abre o cierra la llave; y que, en todo caso, si no se paga, simplemente se debe cortar. Poco importa si el afectado tiene o no, para comprar algo envasada y satisfacer su sed, y la de su familia. Esto y mucho más nos lleva, a comprobar el tipo de ineficientes y malhechores, que tendiéndola bajo su irresponsable administración, cometen delitos, al suspender o cortar el servicio, y no permitir que se cumpla con la defensa de respetar un mínimo gratuito, para consumo considerado como derecho humano; al subsidiar y diferenciar en forma discrecional, arbitraria, por favoritismo o activismo clientelar político, cobrándose por tarifas de tipo, zona, uso y cuanto pretexto se les ocurre; al condicionar su pago puntual, al agregar y cobrar, en el mismo recibo, otros servicios, de tarifas arbitrarias, impuestas, por estar supuestamente vinculados al agua; y hasta, en muchos casos elevar arbitrariamente cantidad de uso, monto de precio y otros pretextos de cobro, para aumentar el recibo.
¿Por qué los gobiernos no becan, subsidian y absorben los costos del agua para consumo humano? ¿Por qué no se establece esa cantidad mínima y universal, accesible y gratuita a toda persona? ¿Por qué no se entiende, atiende y resuelve, en forma puntual y eficiente, la demanda presente y futura; así como la oferta, atendiendo y fortaleciendo las fuentes, líneas de traslado y distribución? ¿Por qué no hay planes acuíferos viables, de alcance mayor en el tiempo?
Urge entender magnitud e importancia. Empezando por reconocer, que no es un problema cualquiera. No es un asunto gubernamental y social, burocrático e intrascendente.
Hoy y más en el futuro, es y será siempre oportuno insistir y repetir, que la disponibilidad en cantidad y calidad del agua, es obligación gubernamental ineludible; y también, al mismo tiempo, es responsabilidad social, generacional y de seguridad nacional.
Sin agua, no hay vida. Así de simple y claro.
Cumplir y hacer cumplir obligaciones presentes y previsiones futuras a todo servidor público, es la base de una buena gobernabilidad. También lo es, combatir y erradicar ineficiencia, irresponsabilidad y corrupción y, desde luego, impedir la impunidad.
Pensar lo que se hace y hacer lo que se piensa. Hacer las cosas bien y a tiempo, anticipar y planear, es tan importante como garantizar y promover una auténtica participación social y ciudadana.
En el mundo de hoy y mañana es imprescindible prever lo previsible y evitar lo evitable. Hasta hoy la mejor forma de resolver un problema, la más barata y ventajosa, es evitar que se aparezca o si inevitablemente se va a presentar, reducir al máximo sus impactos negativos.
Tiempos de estiaje y tandeo. De inundación de excusas y pretextos de los que supuestamente están para servir y solo se sirven; esos mismos, que no sirven para nada, excepto para cobrar sueldos y prestaciones que no merecen, ni devengan, ante obligaciones y deberes que no cumplen ni hacen cumplir.
En la era del mayoriteo de ineptos y corruptos, hay asuntos públicos que no pueden negarse o ignorarse; tampoco minimizarse o eludirse, encubrirse o mal atenderse. Son asuntos y temas de supervivencia, en los que se pone en juego salud y vida de seres humanos.
Obligado insistir y abordar el importante y determinante tema del agua que, sin duda, debe ser considerado y catalogado, como tema o cuestión de supervivencia.
No más rollos discursivos, ni mensajes distractores y elusivos de la ineludible responsabilidad gubernamental y social.
La cuestión del agua, no es solo una dificultad integral de localización, transporte, tratamiento y distribución para su consumo y uso, sobre todo humano. No es solo una complicación de almacenamiento y disposición.
Imprescindible entender la magnitud y trascendencia del tema, ya que no se trata solo de un bien público o económico, producto o mercancía.
El problema del agua, es propiamente, el de un proceso biológico continuo, integrador y reproductor de otros; así como satisfactor de necesidades y multiplicador de oportunidades y expresiones de vida.
Su disposición es parte de un interminable sistema biológico, que va más allá de su desafío hidráulico. Bien se sabe, que es parte determinante o indispensable, de un proceso ambiental; y, sobre todo, parte vital de un derecho humano, individual y social, que hay que respetar y garantizar.
Si queremos entender y valorar, el grado de irresponsabilidad gubernamental y social respecto al agua, simplemente chequemos el recibo oficial a pagar, y cuál es el precio promedio de un litro envasado, comparado con otros de: leche, refresco, gasolina.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH, Facebook: VeracruzHoydeRafaelAriasH
(Imagen de Gabriel Joandet by flickr https://www.flickr.com/photos/fotoargentina/4557882005) |