Promete continuar dando ese valor agregado aún a costa de su propio sueldo y, curiosamente, se le cree.
Asegura que durante esta campaña ha logrado humanizarse al ver las carencias de la gente, pues ha descubierto un Xalapa que no conocía y sí, eso o te humaniza o te insensibiliza.
Considera que los cambios radicales son necesarios y, de entrada, al no ser político de carrera podría hacerlo.
Se dice conflictuado con ideologías del partido que lo postula (Movimiento Ciudadano), pero asegura que de llegar al Congreso votará de acuerdo a su conciencia en temas álgidos y complicados como la protección a la vida, los animales, matrimonios igualitarios, aborto, entre otros.
Finalmente, afirma, Movimiento Ciudadano solo es un vehículo para un fin.
Sus propuestas legislativas parece aún no aterrizarlas pero es un problema no solo de él sino de la inmensa mayoría de los candidatos. Cuando los electores cambien, también deberán cambiar los políticos. Por hoy, en la política de Xalapa, es lo que hay. |