Ingenieros expertos llegaron a la conclusión de que los pernos metálicos que eran cruciales para la solidez del tramo elevado, habrían fallado debido a soldadura deficiente.
Además, según el Times, la instalación de los pernos era tan irregular que parecía más la improvisación de una cuadrilla que la adherencia estricta a un plan de construcción. La explicación técnica -apunta el NYT- “resalta un patrón de oportunismo político y obras descuidadas” durante la construcción de esa línea del Metro.
Para obtener el contrato en 2008, Carso Infraestructura y Construcción (una empresa de Carlos Slim) se unió a dos compañías establecidas: ICA, una de las mayores constructoras de México y la francesa Alstom. Carso no tenía experiencia en la construcción de líneas del Metro, pero sí liquidez.
Según el Times, el gobierno la ciudad presionó a los contratistas para que concluyeran el trabajo lo más pronto posible. Las empresas se arriesgaban a una multa de alrededor de 120 millones de dólares si no entregaban la obra bastante antes del fin del mandato de Ebrard. La construcción empezó incluso antes de que hubiera un proyecto ejecutivo completo.
La actual Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, dijo este domingo que el medio estadounidense ha buscado confrontar a la Cuarta Transformación: “¿Habría que preguntarse qué intereses no esclarecidos están detrás de este artículo?”, se preguntó en su cuenta de Twitter y negó que su gobierno hubiera filtrado información al diario: “No es nuestro estilo filtrar información y nunca lo será. Nos caracteriza decir la verdad de forma directa sin ningún intermediario”.
Marcelo Ebrard acusó al New York Times de tener “intencionalidad política” y de haber “ignorado” el documento de 15 cuartillas que su equipo le envió en respuesta a un cuestionario, en el cual echaba la responsabilidad del colapso a la supuesta falta de mantenimiento de la Línea 12 durante el gobierno de Miguel Ángel Mancera.
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(De la columna "Punto de vista)
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