Si no se rompe de raíz este tráfico, el robo persistirá.
Mientras tanto, es realmente penoso (comentaron los sabios bebedores de café en el Puerto) ver cómo hay avenidas inundadas de llantas de auto que marcan dónde hay un pozo de visita sin tapa.
No son solo una o dos tapas, son cientos de tapas de fierro fundido que se han robado… ¡Y que se seguirán robando!
Este tema ha sido minimizado por las autoridades y sólo hasta ahora, cuando sucede una tragedia por demás mediática, es que las autoridades han volteado a ver el robo de tapas, pero falta ver si las acciones que se lleven a cabo tendrán éxito.
Habría que preguntarse por qué el robo de tapas de fierro fundido es tan grosero y evidente en esa zona del Estado y en otras sea mínimo. Porque no puede deberse eso a que allí haya realmente pocos policías municipales, ya que en dicha zona también opera el ejército, la naval y la Fuerza Civil… más bien debe tener su origen en que allí es donde está la compra de ese material robado.
¿Cuántas tragedias más se necesitan para que las autoridades le entren en serio a atender ese problema?
Canillazos para las autoridades de los tres niveles de gobierno, que han dejado crecer el robo de tapas de fierro fundido y han minimizado los riesgos que esta actividad delictiva generan. |