Aun así, la lucha de Dante por limpiar su nombre no paró al dejar Pacho Viejo, su defensa siguió y siguió tozudamente hasta que niveles superiores de la justicia le dieron la completa razón jurídica y hasta se ordenó que se le pidiera perdón y se le reparara el daño moral a plenitud y en economía.
Así, los que conocían a Dante sabían que su meteórica carrera política solo había sufrido un tropiezo -muy grande quizá, porque la cárcel afloja- pero que para él solo representó una pausa para agarrar bríos y emprender de nuevo su vuelo y buscar horizontes tirándole a la luna para llegar más alto.
Y ahí lo tienen hoy: Senador de la República y líder moral y coordinador nacional del partido político que fundó junto con otros políticos que creían en él y en su innegable capacidad para escalar en la política no sólo local, ni regional… sino nacional.
Los hechos demuestran la capacidad política de Dante, porque sin duda es un animal político por todos los ángulos que se le quiera ver.
Pero no olvide lo que al principio mencioné, la cárcel le cambió aquel espíritu de alegría, del político bromista y hoy por hoy en muchos de sus nuevas acciones y contiendas políticas proyecta incluso mucho de intolerancia que le ha restado popularidad, aquella popularidad innata de sus primeros pasos como político.
Hoy Dante le sigue cayendo bien a muchos, pero también a muchos no. Sus nuevos discursos no por ser justos los expresa con la sensibilidad de antaño. El gesto adusto, ademanes acusatorios y hasta el uso de palabras hirientes y ofensivas distan mucho de aquel Dante que convencía, que animaba y contagiaba.
Quizá su cruzada por la defensa de presuntos delincuentes encarcelados es justa, quizá no, quizá esté impregnada del deseo de levantar sus bonos políticos en Veracruz, o por ese gran sentimiento de injusticia que le dejó haber estado en algún momento en las mismas condiciones que hoy se encuentran a los que defiende. Pero quienes le conocieron apostarían que el Dante de antes, buscaría los caminos de la justicia jurídica y legal, se mostraría solidario con los que ahora se han convertido en su causa, pero no la confrontación que divide, que expone.
Sin embargo, hasta eso, aún con su nuevo estilo a Dante no lo detienen, sigue adelante y hoy por hoy en pleno proceso transformador del país él y Movimiento Ciudadano pisan fuerte y se han convertido en la bisagra de las grandes decisiones de este país.
La oposición para frenar el avance de MORENA depende de los votos del Movimiento Ciudadano en el Congreso. Morena depende igual de esos mismos votos para sacar las reformas Constitucionales que pretende. Electoralmente la oposición lo reclama, MORENA igual.
Es tan importante Movimiento Ciudadano y Dante Delgado en estos tiempos, que en cuando Dante saque sus cálculos y tome una decisión de moverse hacia una u otra ala política, podrá salir ultra beneficiado con posiciones políticas de importancia. Por ejemplo, en el escenario Veracruz 2024, si Dante se decide por la oposición podría encabezar un frente opositor muy fuerte en contra de MORENA.
Y a nivel nacional ya ni se diga, los votos en el Congreso de Movimiento Ciudadano valen oro para la oposición, igual que para MORENA y sus aliados. Por ello Dante no da su brazo a torcer, pues nunca como ahora, incluso, tiene barajas con nombres y apellidos en Movimiento Ciudadano para competir no solo por la presidencia… pero si se llega a mover hacia alguno de las dos vías en pugna, no solo serán competitivos sino incluso podrían ganar la Presidencia.
Al libro de la historia de Dante Delgado Rannauro, no lo dude, aún le faltan muchas páginas por escribir.
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