Si Veracruz mantiene balances positivos y mayores a lo esperado, niveles de endeudamiento estables con una dependencia cada vez menor al financiamiento de corto plazo, mientras continúa depurando pasivos, las calificaciones podrían tener presión al alza, se lee en el comunicado.
La liquidez representa actualmente la gran fortaleza de Veracruz, superando por mucho a otras entidades. Al considerar la expectativa de no registrar déficit durante 2022-2023, Moody’s prevé que este rubro seguirá mejorando al final del periodo.
Respecto de la economía diversificada, los resultados de 2020 reflejan la capacidad del estado para reaccionar ante choques repentinos. La recaudación de impuestos ascendió incluso, gracias a las campañas de regularización e ingresos extra derivados de la venta de bienes y servicios.
Durante 2021, los ingresos propios crecieron un 10 por ciento en comparación con el ejercicio anterior, pues cabe recordar que la Secretaría de Finanzas y Planeación implementó un nuevo esquema de cobro de derecho vehicular para acceder al subsidio de tenencia.
La entidad también optimizó la fiscalización de las cuentas por cobrar, además de ser beneficiada por un repunte en la economía regional con el incremento del Producto Interno Bruto de 8.2% anual en el tercer trimestre de 2021.
Es así como llegaron 896 millones de dólares de inversión extranjera directa en dicho periodo y recientemente fue anunciada la construcción de una planta de Constellation Brands por mil 300, lo cual respalda el aumento del padrón laboral y por ende la captación de impuestos sobre nómina.
Todo ello, sumado al control en ciertos rubros del gasto operativo y la aplicación de un Plan de Austeridad, consolida el perfil crediticio de Veracruz y le permitirá alcanzar la calificación AAA+ en esta administración. |