Por lo que se puede ver, al presidente AMLO le ganan los buenos deseos y debe pensar que las cosas en México ya son como algún día se las imaginó y por las que ha puesto toda su energía en lograr... pero no, no señor presidente, no es así.
En México hace falta mucho para que la corrupción y la inseguridad dejen de ser los puntos más lacerantes en el país. La economía va bien, las inversiones, el peso está fuerte, se atende a los pobres, no hay devaluación, no se aumentaron los impuestos, qué bueno, además, que la inflación parece que se está controlando también, pero en materia de seguridad y corrupción no mienta presidente: la inseguridad, las desapariciones, los secuestros, los feminicidios, la matanza de periodistas, son aún puntos que no se han logrado domar.
Y hay que decirlo, la inseguridad ha crecido exponencialmente, no se ha logrado abatir; vaya, ni siquiera domar la inercia que se traía antes del actual gobierno. Ni siquiera se puede decir que no se ha hecho nada por ello, pero eso es muy diferente a decir y contestarle a los legisladores norteamericanos que “En México no se tortura, en México no hay masacres, en México el Estado ha dejado de ser el principal violador de los derechos humanos”.
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No señor presidente, eso ni usted se lo puede creer.
El México de pobres y de ricos no se lo cree.
Por lo anterior es importante poner los pies sobre la tierra y hablar con la verdad para que la mentira y el cinismo no sigan siendo la forma de gobernar.
Por lo anterior se le recomienda leer la columna "Desde el Café" que escribe hoy el periodista Bernardo Gutiérrez Parra, lo invitamos a leer la columna completa aquí.
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