Pero, antes incluso de modificar sus objetivos personales, Anilú Íngram se sumó al proyecto de Fernando Kuri Kuri, quien levantó la mano para sustituir a Marlon Ramírez Marín en la dirigencia estatal del PRI.
La sustitución -mediante un proceso abierto de consulta con la militancia- no se dio en los plazos adecuados, por lo que, ante la inminencia de los procesos electorales, el dirigente nacional Alejandro Moreno decidió nombrar a un “presidente provisional” que se mantendrá en el cargo hasta mediados del próximo año.
Fernando Kuri se sentía con los méritos para asumir esa función, pero al final Alejandro Moreno se decidió por Adolfo Ramírez Arana, llevando en la Secretaría General a la diputada federal Lorena Piñón.
La decisión del comité nacional generó una reacción muy severa por parte de Fernando Kuri y un grupo de militantes priistas que en otros momentos han ocupado posiciones relevantes. La decisión, sin embargo, ya estaba tomada. Se les invitó a dialogar, pero no quisieron hacerlo.
Anilú Íngram calificó la designación de Adolfo Ramírez como una imposición y una falta de respeto a la voz de la militancia en Veracruz y llegó a advertir que “analizaba” si debía seguir en las filas del PRI.
A su descontento por el hecho de que el dirigente nacional del PRI hubiera desatendido la propuesta de Fernando Kuri, se suma que la diputada Anilú Íngram se enteró de que, en acuerdos cupulares, los dirigentes del PRI, del PAN y del PRD habían decidido que la candidatura para el gobierno de Veracruz la propusiera el PRI y que sería alguien del género masculino, lo que, de manera automática, la descalificaba a ella.
Segundo revés en un muy corto plazo.
A estos reveses se sumó un comunicado emitido por el comité estatal del PRI, su partido, en el que se le recrimina a la legisladora haber votado a favor del dictamen que aprobaba el informe sobre la Cuenta Pública 2022.
“Esta decisión de índole personal, ha suscitado interrogativas legítimas y por ello expresamos que no compartimos el sentido de su voto, ya que no representa la posición oficial del Comité Directivo Estatal ni del Comité Ejecutivo Nacional del PRI”, se lee en el comunicado.
Anilú Ingram calificó ese comunicado como “una campaña de denostación” y advirtió que no por ser oposición debe estar siempre en contra, pues existe apertura y criterio propio por parte de cada legislador.
La diputada dijo que no ha sido llamada a dialogar con la nueva dirigencia:
“Me suena más a una campaña que ustedes han visto en todos los medios y espacios, en mi contra, donde ocupan los sectores y organizaciones para denostarme, para de alguna manera señalar procesos de una posible expulsión”.
La ruptura con las actuales dirigencias del PRI coloca a Anilu Íngram en una posición complicada. La posibilidad de dejar a esa fuerza política es cada vez más fuerte. Su destino podría ser un partido político que se ha negado a sumarse a la coalición opositora.
Eso se conocerá en los próximos días.
filivargas@gmail.com
(DE LA COLUMNA "PUNTO DE VISTA")
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