Es algo inédito lo que hizo Alito, y demuestra que al menos sesos para la política los tiene. Él sabe que conserva la fuerza de las estructuras juveniles que armó en los Estados para vencer a los exlíderes que piden su cabeza y lo tildan de ser un perdedor y el enterrador del PRI.
Es decir, con ese reto Alito demuestra que quienes hoy exigen su cabeza son líderes de papel y los verdaderos causantes de que el PRI esté como esté.
El reto de Alito no es algo común ni casual, el reto es directo y a la cabeza de los Manlios Fabios, Salinistas, Labastidistas, Delamadrisitas, Reyes Baesistas, Montielistas, Paredistas, Delmasistas, Sauririanchistas, a que compitan contra él en las urnas y que a la buena lo saquen de la presidencia del CEN priista.
La mejor muestra de que esos líderes nacionales no funcionan se vio por ejemplo en Veracruz, donde los ‘operadores’ beneficiados con el poder que tuvo la tlaxcalteca en el CEN del PRI, no pudieron sacar ni dos mil firmas para que ella fuera la candidata de la Coalición Fuerza y Corazón por México.
El verdadero reto que lanza Alito es: ¡Sáquenme si pueden!
Alito va por la reelección y desde aquí se adelanta que vencerá a los adversarios de papel que hoy lo crucifican.
El tema ahora es qué harán los contras de Alito:
1.- ¿Estarán dispuestos a movilizarse de nuevo?
2.- ¿Estarán dispuestos a poner el dinero que hace falta para pagar una elección interna ganadora?
3.- ¿Quiénes estarán dispuestos a jugársela de nuevo con ellos en las entidades federativas en las que Alito cuenta con sus propias estructuras que recién armó con jóvenes como no lo habían hecho líderes anteriores?
4.- ¿En cuántos Estados se acordarán de ellos si cuando fueron líderes formales del PRI dejaron tirados a los jóvenes que aspiraban a cargos de elección popular?
5.- ¿Será que con declaraciones en medios nacionales y pago a columnistas famosos, podrán influir en una derrota aplastante de Alito?
Todo parece indicar que no, que Alito ha escogido un campo de batalla propicio en el que es rey, en la que tiene todo el control de jóvenes para una elección interna. Los líderes y priistas viejos, la mayoría ya se fueron y están enmohecidos, viejos, artríticos, viviendo en la comodidad y la opulencia de sus ranchos y empresas, cuando no en MORENA y fuera del contacto con las bases priistas dominadas por Alito.
La pregunta es ¿Qué pasaría si aquí en Veracruz hacen lo mismo Adolfo Ramírez Arana y Lorena Piñón? ¿Pasaría lo mismo que con Alito?
Puede sí, puesto que los priistas veracruzanos que han renunciado al partido en los últimos años lo único que han demostrado es que son pocos y además agachados. Por ejemplo, como antes se dijo, los Bertistas Hernández, los Ranulfos Márquez, los Ferraris, los Amadeistas, ni siquiera fueron capaces de impulsar a Beatriz Paredes a la coalición Fuerza y Corazón por México rumbo a la presidencia.
Y por otro lado, una vez que Héctor y Pepe Yunes, amigos de Alito, de Adolfo y Lorena, se pongan en acción, no habrá disidente local que impida la reelección de Alito y por ende la de Adolfo.
Así las cosas, en el PRI de los que saben hablar y declarar, pero no operar una campaña.
@frlicona
(COLUMNA "FIGURAS Y FIGURONES") |