La respuesta no puede ser tan puntual como quisiera, ya que la economía es necia, curiosa y caprichosa a mas no poder. Así que lo más que pueden hacer los analistas económicos y financieros es apegarse a la lógica, aunque eventualmente falle.
Ser racional es lo más que se puede hacer.
La respuesta es, si el Banxico lleva meses tratando de apretar la inflación y ésta, si bien fue creciendo en los últimos meses, no se ha desbocado, luego entonces, ¿Por qué de pronto se tomó la decisión de soltar el elemento -mantener elevada la tasa de interés- que venía controlando la inflación?
Sobre todo, cuando estructuralmente no hay indicios de que los factores causantes de la inflación actual no han cambiado:
1.- La baja en la producción agropecuaria en 6% debido primero a la Pandemia y luego por la sequía, cayó de 40 a 37 millones de toneladas el año pasado y no se ha podido recuperar en lo que va del año.
2.- La inflación no ha sido más fuerte debido a que el mercado nacional se ha nutrido y amortiguado del aumento de precios con importaciones y no se ve que esto pueda cambiar en los próximos meses.
3.- El propio Banxico al anunciar la baja en la tasa de interés, también subió los pronósticos de la inflación al mismo tiempo. Es decir, el Banxico soltó la inflación a la especulación en un momento de incertidumbre política nacional, por lo que lo mínimo que se puede decir, es que fue un acto imprudente.
Es decir, el problema quizá no sea que haya un efecto directo y calculado para que al bajar la tasa de interés en automático se eleven los precios, sino haberlo adelantado en momentos de incertidumbre política como es el cambio de gobierno y con síntomas de ingobernabilidad por las reformas constitucionales que están por discutirse en el Congreso de la Unión.
Lo anterior fue lo que me llevó a ver como la gasolina que el Banxico utilizó para apagar el fuego, lo que confirmó apenas el subgobernador del Banxico Jonathan Ernest Heath Constable -quien votó en contra de la medida- entrevistado por Leonor Flores en El Universal, luego de difíciles horas de silencio. Ahí, Heath Constable afirma que la baja en la tasa de interés fue “un recorte prematuro”, con lo que se fortalece la idea que se dejó traslucir en mi escrito anterior.
Jonathan Heath remata su comentario diciendo que, por ello, “los analistas ya no nos creen” y abunda “No está claro cuándo descenderán los precios de frutas, verduras, gas LP y otros energéticos” por lo que “relajar la tasa líder y subir los pronósticos para la inflación al mismo tiempo, daña las expectativas porque loa analistas comenzaron a corregir al alza sus estimaciones de precios: No nos creen, hay que trabajar más en las expectativas, ser más cautelosos… La inflación no puede estar subiendo y nosotros bajando tasas, es contradictorio, va en contra de las expectativas”.
“Se corre el peligro de que el aumento de la inflación no subyacente tenga un efecto de contagio o de segundo orden sobre los demás precios, como sucedió en 2017 con el gasolinazo”, alertó.
Por lo anterior, fue justificado, pero no alarmista el título “EL BANXICO SE EQUIVOCÓ, LE ECHÓ GASOLINA AL FUEGO” que se le dio aquí a la anterior “Figuras y figurones”. Es decir, puede no ser automático el disparo en los precios, pero la medida fue prematura e irresponsable.
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(COLUMNA "FIGURAS Y FIGURONES") |