Sin embargo, entre sorbo y sorbo de lecheros, no faltó quien cuestionó ¿Qué responsabilidad tuvo la Contraloría General del Estado? ¿Qué hizo la ex contralora Mercedes Santoyo Domínguez aparte de jugar a la empresita japonesa y generar Sistemas de Control que nadie entendió y que no fueron ni eficientes ni eficaces? Fueron casi 2 mil millones de pesos que ella ni vio, ni observó, ni sancionó.
El primer filtro son la Contraloría General y las contralorías internas, pero la instrucción de Santoyo siempre fue enfocarse en rascarle a los gobiernos anteriores e hicieron ojos ciegos a lo que hacían los Cuitlahuistas.
La ineficacia de la Contraloría quedó demostrada desde que con inocentes argumentos justificaron nepotismos en Salud, la Secretaría del Trabajo y la SEFIPLAN. Desde esos inicios se marcó la fragilidad de la Contraloría. Todo lo dejarían pasar, todo dejarían hacer. A lo más, andaban detrás de quienes no presentaban sus declaraciones a tiempo o quienes no subían a las páginas de transparencia la información… pero ¿Del tema patrimonial y los desvíos? Nada, de eso nada vieron.
Canillazos duros a quienes fueron omisos y también tienen responsabilidad, pues en el servicio público te pueden culpar por hacer, por no hacer y por dejar de hacer. |